La temporada invernal comenzó, y con ella los días de nieve que a muchos les gusta disfrutar a modo de panorama o a través de la práctica de deportes blancos.

No obstante, subir a los centros de ski en automóvil requiere ciertas precauciones que los conductores deben tomar para evitar problemas o accidentes debido a las condiciones del terreno. Es por esto que Alejandro Jeame, Gerente Técnico de Chrysler, entrega siete útiles consejos para conducir en la nieve:

1- Revisión previa

Al igual que cada vez que se emprende un viaje, es necesario revisar los niveles de agua y aceite, la presión de los neumáticos, funcionamiento de luces, buen estado de las cadenas para la nieve, entre otros.

2- Precaución

Cuando se conduce en nieve, lo ideal es hacerlo manteniendo la tracción en las 4 ruedas, a una velocidad baja y constante, y evitando que las ruedas patinen, ya que así se pierde la tracción.

Si esto ocurriera, se debe girar el manubrio hacia un lado y al otro rápidamente pero con suavidad. Esto ayuda a que las ruedas tomen contacto con terreno fresco y recuperen la tracción.

3- Tracción

Si el vehículo no cuenta con un sistema de control de tracción, se recomienda partir en 2° velocidad para evitar que las ruedas resbalen.

4- Combustible

Si el motor del vehículo usa diésel como combustible, se debe usar un aditivo para evitar el congelamiento del éste.

5- Visibilidad

Revisar que las plumillas del limpiaparabrisas estén en buen estado y que el depósito de líquido del limpiaparabrisas esté lleno y con el aditivo recomendado por el fabricante. Esto evitará que el vidrio se congele por fuera y le permitirá al conductor tener una buena visibilidad.

Además, se sugiere leer previamente y conocer el correcto uso del sistema de calefacción y ventilación del vehículo, para el óptimo desempañado del parabrisas.

6- Distancia

Incrementar la distancia de seguridad con respecto a otros vehículos que estén circulando.

7- Frenos

Evitar el uso brusco de los frenos en zonas con hielo para evadir el bloqueo de las ruedas y posterior deslizamiento involuntario del vehículo.

Lo aconsejable es mantener una velocidad prudente y acorde con las condiciones del camino, conduciendo el vehículo “enganchado” en una marcha que permite el control del automóvil.