El Superclásico se jugó con dientes apretados y mucha pierna fuerte durante los 90 minutos y las diez tarjetas amarillas que mostró Patricio Loustau evidencian lo que fue el partido pero una de esas amonestaciones pudo ser expulsión cuando Marcos Rojo le pegó un tremendo planchazo a Julián Álvarez en la espalda a los 7 minutos del segundo tiempo.

Tras la patada descendente del ex defensor de la Selección argentina, todo el banco de suplentes de River pidió la expulsión que podría haber cambiado el desarrollo del partido, que tuvo al Millonario con más iniciativa pero sin ideas para romper la férrea estructura defensiva que dispuso Miguel Ángel Russo, reconociéndose inferior a su rival.

Para colmo, minutos después Rojo se cruzó con Nicolás De La Cruz y otra vez explotaron Gallardo y compañía aunque Loustau solo atinó a separar y seguir el juego.

“Hay una alegría inmensa en el vestuario, nos desahogamos un poco de todo porque veníamos comiendo mierda desde Brasil… Fue un partido durísimo, creo que jugamos bien. El partido fue peleado, ida y vuelta y se definió en los penales donde tuvimos la suerte de ganar”, declaró Rojo exultante tras la clasificación.

El ex Manchester United resignó tiempo de vacaciones para realizar una buena pretemporada y en estos primero partidos se empiezan a ver los frutos tras unos primeros meses con distintas lesiones que no le permitieron mostrar todo su potencial.

“Esto se lo dedico a mi familia, mi viejo debe estar como loco. Yo sabía que necesitaba una buena pretemporada, de poco me voy sintiendo mejor dentro de la cancha así que estoy contento”, agregó Rojo en diálogo con TyC Sports.