Para ellos, Neymar “ya se ha ido”: los aficionados del Paris SG, enfadados o “frustrados”, se han resignado a la marcha de su estrella, a punto de ser traspasado mientras su equipo iniciaba el domingo su andadura en la Ligue 1.

“Sin corazón”, “Neymar hijo de puta”… Las pancartas, los cánticos y los comentarios de los ultras son, en el mejor de los casos, cortantes y en el peor, groseros, pero el mensaje está claro: en la vuelta de la Ligue 1 al Parque de los Príncipes, el Número 10 parisino no era bienvenido.

“Es verdad que es una estrella pero, con esa mentalidad, más vale no conservar a un jugador así”, se lamenta Benjamin, un miembro del PSG Fan Club Normandie. “Cuando vemos a un jugador así, que no se preocupa por nosotros, que no viene a vernos al final del partido, eso nos frustra, es irrespetuoso, no hace que nos guste”.

“Vete”

Este aficionado no tendrá ocasión de cruzarse con ‘Ney’: el brasileño no fue convocado para la primera jornada por el nuevo director deportivo, el también brasileño Leonardo, que reconoció “conversaciones más avanzadas” sobre su traspaso. El FC Barcelona y el Real Madrid son los dos destinos que suenan en la prensa.

Cabe destacar la reacción de la grada este domingo. “Bienvenido a casa”, le dedicaron a Leonardo. “Vete”, le dijeron al futbolista, para no dejar dudas de que el público respalda al dirigente y no a su fenómeno.

Este domingo por la noche, en los alrededores del Parque de los Príncipes, es difícil encontrarse con una elástica adornada con su nombre y más aún ver algún anuncio publicitario con su cara en la tienda oficial: el establecimiento ha optado por adornar su escaparate con Marco Verratti, Marquinhos y Kylian Mbappé.

En el interior, los vendedores no ocultan que las camisetas con la serigrafía “Neymar 10” ya no entusiasman. “He hecho cinco o seis hoy, frente al menos unas 60 de Mbappé”, confía uno de ellos.

“Nunca ha estado aquí”

A la salida de la tienda, la escena es elocuente: el pequeño Mathéo, de 7 años, acompañado de su padre, se quita su camiseta de “Neymar” de la temporada 2018-19 para ponerse, no sin un pequeño pinchazo en el corazón, su elástica de la nueva temporada recién adquirida. En la espalda de esta nueva prenda ya no se lee “Neymar”, sino “Mbappé”.

“Estoy un poco triste, porque puede que se vaya. Era fuerte, regateaba, marcaba, me encantaba”, dice el jovencito, ya con un tono nostálgico.

Entre los ultras no hay lugar para la nostalgia. “Hace dos meses que se fue”, dice Yoann, ultra en el Colectivo Ultras Paris (CUP) y que sigue todos los partidos como local desde 1996. Como algunos de sus compañeros, ha pedido una nueva camiseta “N.10”, pero ha quitado el nombre de Neymar de su espalda.

“Lo que cuenta es el escudo, los colores, la historia. No los jugadores. Ellos se van, nosotros nos quedamos”, espeta a su lado Anna (nombre modificado), que está “muy enfadada”. “Al final, es un jugador por el que pagamos caro y que ha estado lesionado cuando le hemos necesitado”, añade la joven.

Luego hace una afirmación implacable: “No es que Neymar ya se haya ido. Es que nunca ha estado aquí”.