Una inusual situación se vio en el final del partido entre Rangers y el Hibernian por la segunda fase de la Scottish Premiership, en el Ibrox Stadium de Glasgow, Escocia.

Resulta que el portero de Rangers, Allan McGregor, no se aguantó las ganas y al despejar el balón le propinó una cobarde patada por la espalda al delantero rival.

Y para ocultar su mal actuar, el meta simuló una lesión, buscando evitar que el árbitro lo expulsara.

Sin embargo, el juez no creyó la simulación y lo expulsó del campo de juego.

La situación ocurrió cuando los dirigidos por el mítico Steven Gerrard vencían por 1-0 a su rival.

La expulsión dejó con 10 jugadores al Rangers, y como no quedaban más cambios uno de los jugadores debió hacerlas de arquero.

Afortunadamente el cuadro local conservó la victoria y le pisa los talones al líder Celtic, que tiene 81 puntos.