Edson Arantes do Nascimento, popularmente conocido como Pelé, es considerado por muchos como el mejor futbolista de todos los tiempos.

Razones para creer esto hay de sobra, ya que ‘O Rei’ no solo deslumbró por el talento que tenía con la esférica entre sus pies, sino que además por la inmensa cantidad de títulos que cosechó mientras era deportista.

Entre estos últimos destacan las tres copas mundiales que obtuvo con la selección de Brasil, además del bicampeonato de la Copa Libertadores con el Santos FC y los más de mil goles que anotó.

Eso sí, no solo de trofeos está construida su carrera, ya que hay datos que la complementan, incluso algunos curiosos que tal vez muy pocos conocen o recuerdan.

¿De qué trata? De la vez que tuvo la particular tarea de ocupar el puesto donde muchas veces hizo sufrir a sus adversarios: el arco.

La inédita situación se vivió el 19 de enero del año 1964, cuando el Santos FC y el Gremio se enfrentaron en un encuentro válido por la semifinal de la Taça Brasil, el torneo más importante del país en ese momento y que sería como un símil del actual ‘Brasileirao’.

El partido había estado marcado por el imponente hat-trick de Pelé, quien gracias a sus certeros tantos estaba llevando al ‘Alvinegro Praiano’ a la final del certamen de dicho país.

Todo parecía resuelto en favor del conjunto de ‘O Rei’, ya que a falta de pocos minutos para el silbato final lo ganaba por 4 goles sobre 3. Sin embargo, todos saben que en el fútbol no hay nada escrito, y cuando el reloj marcó el minuto 87 de juego casi todo cambió.

Una confusa jugada en el área chica terminó con la expulsión del arquero Gylmar, situación que dejó a los jugadores y al cuerpo técnico del Santos FC con el alma en vilo.

Frente a esto -y como por ese entonces no estaban permitidos los cambios- a Edson Arantes do Nascimento no se le ocurrió nada mejor que cambiarse la camiseta por la dorsal número uno y ponerse los guantes para oficiar como el nuevo portero.

La historia señala que al ver esto los jugadores del Gremio no dudaron en rematar desde todos los lados posibles, puesto que creyeron que el delantero no podría responder antes sus insistentes ataques.

No obstante, lo que nadie sabía era que Pelé lograría estar a la altura de las circunstancias, evitando un nuevo tanto de los rivales y sellando el pase del Santos a la final.

Ya en esta instancia el jugador no solo volvió a su posición natural, sino que además fue miembro activo en la victoria ante el conjunto de Bahía, hecho que terminó por coronarlos como los nuevos monarcas del campeonato brasileño.

Pepé, compañero del ‘Rey’ y quien anotó el cuarto gol del encuentro, indicó que “usó un buzo negro largo e hizo unas salvadas fantásticas para mantener el resultado. Fue un buen arquero, liviano y flexible, como si pudiera volar”, en palabras que recoge el diario El Espectador y que suman una historia más a la leyenda de Pelé.