Josep Guardiola es uno de los entrenadores que ha cambiado el fútbol moderno. El español, en su afán de desarrollar aún más las ideas de Johan Cruyff ha hecho del fútbol un arte. Fundamentalmente con Marcelo Bielsa son considerados los ‘padres modernos’ de esta escuela.

La obsesión de buscar estrategias para vencer al rival los han hecho realizar cambios que han revolucionado el mundo del fútbol al punto que dejan atónitos a los entrenadores rivales en pleno partido.

Justamente lo que hizo Pep Guardiola con Lionel Messi el 2 de mayo del 2009 fue una de esas maniobras. Aquel día el Barcelona jugaba el clásico español ante un Real Madrid que venía 17 fechas invicto, y además el partido era en el Santiago Bernabéu.

La noche anterior al partido, el entrenador español se quedó en su oficina pensando en cómo atacar al Madrid. Hasta que dio en la tecla. “Leo, soy Pep, tengo algo importante, muy importante. Ven. Ahora. ¡Ya!”, le dijo por teléfono Guardiola a Messi, según narra Martí Perarnau en el libro ‘Herr Pep’ (2014).

Cerca de las 22:30 horas del 1 de mayo, el crack argentino llegó hasta la oficina de Guardiola, y el español empezó su clase maestra. Nada más ni nada menos que al ‘maestro’ del Barcelona.

“Leo, cuando Xavi o Andrés (Iniesta) se salten la línea (de volantes del Madrid) y te pasen el balón, te vas directo a portería, a por Casillas”. Si bien el Barcelona había empleado esta estrategia por única vez en la temporada siete meses antes de ese partido, Messi, que entonces tenía 21 años, entendió el mensaje a la perfección.

El plan era esperar los primeros 10 minutos a ver si el Madrid decidía presionar de la misma manera que lo venía haciendo, y como lo había analizado Guardiola.

Messi tenía la instrucción que al primer gesto de Pep, Samuel Eto’o, que partiría de centro delantero se movería a la derecha para dejar a Messi en el centro del ataque, pero entre los extremos y los centrocampistas, donde el Madrid dejaba el hueco.

El espacio que el equipo local dejaba entre Cannavaro y Metzelder (los defensores centrales) y Guti, Gago y Drenthe (los mediocampistas) era enorme, porque los defensas no acompañaban la presión de los volantes. Eso era justamente lo que había observado Guardiola en su oficina el día anterior al partido.

Nadie supo de esto hasta terminar el partido, excepto Tito Vilanova (ayudante de Guardiola), Xavi e Iniesta, que eran los que le tenían que hacer llegar el balón a Messi.

El defensor alemán Christoph Metzelder fue uno de los que más lo sufrió. “Colocó a Eto’o a la derecha y a Messi en el centro. Fabio (Cannavaro) y yo nos miramos y dijimos: ‘¿Qué hacemos? ¿Le seguimos al mediocampo o nos quedamos atrás?’. No supimos qué camino tomar y fue imposible pillarlo”, reconocería el central años después a Martí Perarnau.

El Barcelona arrasó con su clásico rival. Ganó 6-2 y se empezaba a asegurar la primera liga de las tres que ganó el entrenador español con los culés. Más allá del resultado que quedará para la anécdota, ese 2 de mayo volvía a aparecer la figura del ‘falso 9’, que estaba olvidada en el fútbol mundial y a partir de ahí y hasta el día de hoy los equipos que usan esa posición se han multiplicado.

Ese día, se vio por segunda vez en la historia a uno de los mejores intérpretes de esa posición a nivel mundial. El jugador argentino encontró en esa zona su lugar favorito en el campo de juego. El resto, es historia.