La polémica final de Copa Libertadores 2018 entre River Plate y Boca Juniors, que aún se mantiene en suspenso, no para de entregar información y reacciones.

A la espera de lo que resuelva el Tribunal de Discplina de la Conmebol sobre el reclamo de los ‘Xeneizes’ pidiendo los puntos por secretaría, se ha conocido que, de jugarse el trascendental encuentro, sería fuera de Argentina y entre el 8 y 9 de diciembre.

Pero, si llegase a disputarse el duelo entre los ‘Millonarios’ y Boca Juniors, el cuadro de La Boca podría enfrentar un nuevo problema. Esto porque tres jugadores ‘Xeneizes’ propinaron duros insultos en contra del coordinador de la Conmebol, Mario Campos, y en presencia del cuarto árbitro del partido.

Las agresiones verbales de los jugadores de Boca habrían ocurrido cuando el delegado del ente rector del fútbol sudamericano estaba en el camarín visitante, solicitando la planilla al cuadro dirigido por Guillermo Barros Schelotto.

Los tres acusados son los jugadores Carlos Tevez, Ramón Abila y Pablo Pérez, capitán de Boca Juniors y el jugador más afectado luego del ataque sufrido a manos de hinchas de River Plate en su llegada al Estadio Monumental de Núñez.

Entre los insultos, dirigidos principalmente a la Conmebol y a Campos, los jugadores ‘Xeneizes’ acusaron a la institución y al delegado de “delincuentes, mafiosos, ladrones y dependientes de las decisiones de River Plate”.

Además de lo propinado por los jugadores, según las autoridades el dirigente de Boca Juniors, Juan Carlos Crespi, se refirió en una conducta irracional al delagado Campos con palabras e insultos de grueso calibre.

A la espera de lo que decida el Tribunal de Disciplina de la Conmebol, Boca sufriría tres inesperadas bajas de cara al partido más importante de la temporada y uno de los más escandalosos de la historia.