Matías Rojas tiene 11 años, pero está lejos de tener las responsabilidades de un niño de su edad. El pequeño Coyhaiquino dejó todo en Chile para ir a Argentina a cumplir el sueño de ser futbolista.

Matías está hoy en las divisiones inferiores de Banfield, donde llegó gracias al esfuerzo de sus padres, y por su puesto, a su talento.

¿Cómo es que un niño de Coyhaique termina en las inferiores de un club de Buenos Aires? La historia tiene varios kilómetros de recorrido.

Luego de destacar en torneos infantiles con la selección de Coyhaique, el pequeño crack quiso probar suerte en Colo-Colo y la U, pero por distintos motivos no se pudieron concretar las opciones.

Sin embargo, a Matías Rojas se le cerraba nada más que un camino para lograr su sueño. Entonces, el coyhaiquino junto a su familia tomaron sus cosas y se fueron a Comodoro Rivadavia, localidad patagónica de Argentina.

Ahí lo vio Alexis Cabrera, exjugador de San Lorenzo, que hizo los trámites para que Rojas fuera a Banfield, club del sur de Buenos Aires. Ahí lo vio el Coordinador del fútbol infantil del club, y lo dejó en las divisiones inferiores.

Hoy, en su familia inflan el pecho cuando hablan del pequeño crack. “Tomamos la decisión porque creyeron en él, algo que en Chile no pasó. Es difícil que salgan jugadores de la Patagonia y que un club como Banfield le abra las puertas es motivo de orgullo y alegría. Matías siempre tuvo las ganas de mostrar sus cualidades y acá le dieron la oportunidad”, declara Alexis, padre de Matías, según consigna el CDF.

Si bien partió su carrera como delantero, en Argentina se fue retrasando hasta jugar de mediocamipista central o por los costados.

“Sus compañeros lo quieren mucho, le apodan el ‘Chile"”, complementa el papá, que se fue a Argentina con Matías.

El gran sueño de la promesa del “Taladro” es surgir, debutar en primera y porque no emigrar a Europa. Sin embargo, su mayor anhelo es representar a su país. Quizás algún día el “Chile” juegue por Chile.