El siempre bien educado príncipe George de Inglaterra tiene dos años y se encuentra en medio de una de las etapas más complicadas para los padres.

Conocida como los “terribles dos años”, en este periodo los niños no sólo comienzan a mostrarse un poco más independientes, sino que también empiezan a ser más demandantes con los adultos y los berrinches se vuelven cada vez más frecuentes.

Esto fue justamente lo que experimentaron Kate Middleton y el príncipe William, quienes estaban acostumbrados a tener un hijo tranquilo y educado, pero que ya está mostrando parte de su carácter.

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El pequeño príncipe se robó la atención en un show aéreo militar que fue encabezado por sus padres en el Royal International Air Tattoo en Gloucestershire. Y aunque estaba fascinado con los aviones y helicópteros, el ruido pareció molestarlo mucho.

Al llegar al lugar comenzó a cubrir sus oídos y llorar sin parar hasta que su madre lo tomó en brazos para calmarlo, lo que tampoco fue suficiente, pues el menor exigía unos audífonos como los que usaban los pilotos. Sólo se tranquilizó cuando le dieron un par de estos aparatos, según consignó el diario inglés Daily Mail

AFP

Cuando por fin se calmó, William logró convencerlo de acercarse a los aeroplanos e incluso subirse a un helicóptero.  Además los cadetes le dieron un pequeño avión de regalo de recuerdo que el niño agradeció.

DAILY MAIL

Especialistas sobre el comportamiento infantil señala que este actuar es normal, sin embargo, se deben tener consideraciones al respecto. “Es mejor cortar de raíz la mala educación antes de que se convierta en un hábito”, señaló el autor del libro ‘Berrinches, enfados y pataletas’ y docente de Psiquiatría Infantil en la Universidad de Nottingham, John Pearce.

El profesional además recuerda que cuando un niño hace una pataleta y se le da lo que quiere para que deje de llorar, se da cuenta que es una herramienta útil para conseguir cada cosa que se le antoje.

DAILY MAIL

Por ello recomendó algunas claves que pueden ser útiles:

1. No dejes que consiga tu atención con groserías o berrinches: Cuando tu hijo diga groserías o haga una pataleta para conseguir tu atención, no lo tomes en cuenta.

2. Sé firme: Debes dejarle en claro que su comportamiento es inaceptable. Tampoco se trata de agredirlo, simplemente hablarle claro, fuerte y en forma convincente.

3. El trabajo debe hacerse en casa: Controlar el comportamiento de los niños fuera del hogar es muy difícil, por lo que debes enseñarle en casa a distinguir lo bueno de lo malo, de modo que lo aplique en el exterior.

 

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