En su paso por Sigamos de Largo, Maura Rivera reveló una anécdota que tomó por sorpresa a los telespectadores del programa de Canal 13.

Se trata de una historia que tiene su origen en Rusia, país donde residió junto a su esposo, el futbolista Mark González.

“De Rusia me traje un gato que era un bengalí, que es como un leopardo chiquitito, me lo traje para acá”, recordó la bailarina sobre Agustín.

Ya en Chile, el felino tuvo que adaptarse a su nuevo hogar, y olvidarse de su antiguo departamento en Rusia.

“Cuando llegamos a la casa como que empezó a descubrir el mundo, el cerro, la vida, y empezó a salir”, dijo Rivera. A veces, incluso podía desaparecer durante meses.

Un día, su regreso tardó más de lo normal: “(A veces) volvía y después se iba de nuevo, hasta que un día llego a mi casa y veo un gato atropellado afuera”, rememoró.

De inmediato, Rivera intuyó que era el suyo. Y por lo mismo, le pidió a Mark que fuese a verificar si era él: “Va a ver y me dice ‘sí, es el Agustín”.

La escena derrumbó a Maura, y de inmediato se dispusieron a preparar el funeral. “Al día siguiente lo enterramos en la casa, Mark compró cal”, recordó.

La sorpresa para la pareja vino una semana después, cuando fue el mismo felino ruso quien reapareció frente a la casa de los Rivera-González.

Consultada por quién era, entonces, el gato que enterraron en nombre de Agustín, la respuesta de Maura sacó risas en el panel: “No sé, pero por lo menos tuvo un funeral”, dijo.

Revisa el momento completo (y las imágenes que grabó Mark González aquella vez), en este enlace.

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