Con la breve excepción de hoy, en los últimos días Amaro Gómez-Pablos ha estado conduciendo el matinal Bienvenidos desde la comodidad de su casa.
El animador se ha estado turnando con Tonka Tomicic para evitar el contagio y propagación del coronavirus, lo que ha permitido a los televidentes tener un pequeño vistazo a sus hogares.
En pantalla se ve al periodista sentado en un “escritorio” adornado con libros, una radio vintage y, por supuesto, un micrófono. Pero hay varios detalles que desconocemos.
Por ejemplo, el animador se encuentra en plena mudanza, por lo que su casa sigue llena de cosas empaquetadas. “Yo me estoy cambiando a mi nueva casa, entonces he tenido que lidiar con eso. Hay cajas por doquier cerca de mi estudio improvisado y muchos libros que esperan tener una buena biblioteca”, aseguró a BioBioChile.
Por ello, Amaro armó su “estudio” en el living de su nuevo hogar, pero no precisamente con un escritorio. “Es más bien una mesa de arquitectura o de dibujo que le robé a mi hija (ríe)”, aseguró.
“Puse muchas cosas que me dieran la sensación de que efectivamente es un escritorio y un espacio de trabajo”, explicó.
Entre ellos, revela que hay una selección de libros de mitología y filosofía, además de “una radio un poco vintage y el micrófono heredado de Canal 13”.
“Así como todo lo que necesito tener para estar en medio de las horas de transmisión del matinal, como la computadora y el celular”, agregó.
Detrás de él, también se puede ver una pintura de lo que parece ser una villa, la que tiene un significado muy especial para él.
“El cuadro que está detrás mío es un cuadro familiar, de mi tía española y pintora Mercedes Gómez-Pablos. Es un cuadro precioso, que me gusta mucho y por eso está ahí”, reconoció.
Pero quizás el secreto mejor guardado del animador, es que no siempre se viste completamente formal para su trabajo.
“A veces uso shorts… es que es algo más casero y como no se ve en el plano de la televisión, no hay problema”, aseguró.
Pero eso no es todo, porque incluso confiesa que hay días en los que incluso no lleva zapatos ni calcetines… tal como muchos otros chilenos hoy en día.
