El exMekano y actor, Philippe Trillat, dejó su vida en Santiago para reestablecerse en su ciudad natal, Concepción.
Tras su participación en el programa juvenil y los reality shows Elígeme (Mega) y 40 o 20 (C13), decidió alejarse de las pantallas y dedicar su vida a lo que siempre le gustó: el arte.
En conversación con BioBioChile, Trillat sostuvo que “no voy a pelearme un lugar por estar en televisión (…) no es una jugada ser famoso si es que no hay un real propósito”.
“Cometimos muchos errores (durante el paso por la televisión)”, dijo. Cree que “tras un programa juvenil debe haber un cuerpo de psicólogos potente que ayude a los protagonistas, porque generalmente no saben qué hacer con la fama (…) y no lo tuvimos”.
De todas formas, no cerró las puertas a una eventual vuelta televisiva, aunque siempre relacionado con lo que le atrae. “Me llamaría la atención siempre que vea que tengo algo que aportar”, expresó.
Y es que tras haber viajado por el mundo durante dos años, nació todo su espíritu creativo. Aunque, según comentó, lo lleva en sus genes, pues en su familia existe la tendencia hacia el área humanista.
“Mi espíritu artístico ha estado siempre”, dijo. Eso lo llevó a estudiar Teatro en la Universidad del Desarrollo donde, de acuerdo a sus palabras, fue un “mateo”.
En su casa tiene un montón de libros relacionados con la pintura y la actuación, además, mantiene un taller destinado a sus actividades artísticas.
Además, el exMekano se dedica a la docencia, de hecho, hace clases de actuación en la Alianza Francesa y fue contratado como profesor de un taller de arte por la Municipalidad de Hualpén. Junto con lo anterior, realiza tutorías particulares de pintura a un grupo de estudiantes.
En la vivienda, ubicada a los pies del cerro de La Virgen penquista, realiza muestras periódicas de sus pinturas para quienes desean conocerlo en su nueva arista.
El nuevo emprendimiento
Aparte de vivir en aquel hogar y tener un taller en él, Trillat recibe a quienes quieran quedarse cobrándoles una tarifa “amigable”. Así, su acogedora casa la transformó en uno de los tantos hostales que existen en la ciudad.
Y es que el artista afirmó que “la pega de pintor es inestable”, por lo que decidió “abrir las puertas de la casa para que la gente se quede”.
Tiene piezas para 12 personas y ahora está full, lo que demuestra lo bien que le ha ido en la vida. “Estoy haciendo tarjetas y toda la publicidad”, explicó.
“Esto me mantiene activo en un área que me gusta: el turismo (…) De a poco he ido aprendiendo el rubro y su lenguaje”, dijo. De todas formas, sostuvo que le va bien, ya que “todo negocio es rentable cuando el ganado crece al ojo del amo” y claro, él ha estado encima de todo.
Trillat afirmó que con este emprendimiento “no hay horarios” y que, incluso, hay veces que está “muerto de cansado”.
De todas maneras, dijo que “al trabajo nunca le he tenido asco. Si tuviera que hacer panqueques o vender cojines, lo haría, puedo hacerlo, me da lo mismo”.
“Estoy feliz acá en Conce. Esta es la vida que esperaba lograr (…) Yo trabajo para ganar lo suficiente que necesito para vivir”, finalizó el artista.
Puedes ver algunas fotos de su hostal a continuación:
