En su duodécimo capítulo, “La Vega” mostró el caso de Cristián Silva, un joven de 28 años que dedica sus días a jugar videojuegos ya que no estudia ni tampoco trabaja pese a que es masoterapeuta de profesión.
Como todos los participantes el “gamer” fue llevado a una frutería para trabajar y dejar el ocio al lado, y recibió un ultimátum de sus padres quienes lo presionaron a tener un cambio o bien abandonar la casa. Sin embargo, a ratos, el joven mostró algunos indicios de querer un cambio.
En medio de su trabajo, cuando trasladaba varios cajones de manzanas, ocurrió un breve suceso que lo hizo recapacitar sobre su actual situación.
Cristián se encontraba en la bodega de la frutería cuando de pronto apareció un haitiano en busca de alguna posibilidad de trabajo, sin embargo, uno de los empleados le explicó que no necesitaban a nadie más.
Una vez que el extranjero se retiró del lugar, el participante comenzó a reflexionar sobre la situación de varias personas que se encuentran en busca de trabajo, mientras él siempre está en su casa sin hacer nada.
“El haitiano anda buscando trabajo… insiste, va bodega por bodega, local por local hasta que le salga” dijo “Insisto, y uno ahí alegando por puras hueás y no saliendo ni a buscar” agregó.
“Yo por ejemplo soy de otro país, y a mi no me va a venir a mantener ni mi mamá ni mi papá. Olvídate de eso, tengo que agachar las orejas nomas compadre” le dijo uno de los trabajadores.
“Estoy viendo varias cosas que no pensé que eran tan cuáticas” reconoció Cristián tras la conversación.