Un momento que parecía ser un deja vu se vivió el viernes pasado en la entrega de los premios Copihue de Oro, organizados por el diario La Cuarta y cuyos ganadores fueron elegidos por el mismo público.

Tal como ocurrió en 2010 con Felipe Camioraga, tras anunciar el triunfo de Luis Jara como el animador más popular, el público presente en el Movistar Arena hizo sentir su desagrado con una gran pifia que el animador recibió estoicamente parado en el escenario.

“Yo no esperaba este premio, pero quiero agradecer muchísimo que me lo hayan dado”, comenzó.“Entiendo las pifias, no las comparto para nada”, prosiguió.

Y es que al parecer, el público del matinal Mucho Gusto culpa a Jara del despido del notero Álvaro Sanhueza, tal como culparon a Camiroaga de la salida de Katherine Salosny del Buenos Días a Todos.

Felipe Camiroaga en los Copihue de Oro
Felipe Camiroaga en los Copihue de Oro

Tras un fin de semana de reflexión, Jara decidió volver a referirse al tema en profundidad en su propio programa. “Hagamos una cosa sabia, porque hay que aclararle a la gente los sentimientos que uno tiene a la hora que sea. La verdad es que yo sabía que iba a ser una noche especial para mi, porque hay una coronación de mucho esfuerzo, pero también hay cosas coyunturales que uno tiene que enfrentar“, comenzó diciendo el animador.

“Yo, y ustedes lo saben porque son compañeros, sabía que esto iba a pasar, uno no se puede hacer el leso. Yo tengo 51 años y tonto no me voy a hacer. Al momento de recibir el premio a Mejor Animador fui pifiado.(…), pero quiero que tengamos la valentía de colocar las imágenes en pantalla y después (…) les voy a explicar lo que me pasó en un momento que para mi es súper nuevo”, agregó.

Luego de revivir aquellos incómodos, el también cantante siguió con su defensa notoriamente nervioso. “Repasarlo es fuerte, porque cuando uno ama su trabajo no espera esa respuesta, menos cuando de verdad es una fiesta”, confesó.

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Jara agregó que no haría un análisis que involucrara a terceras personas, porque no le interesaba, aunque tenía claro que se le había entregando una culpa que no correspondía. “Si bien es cierto aquí se ha consignado la responsabilidad en mi persona sobre un hecho que no me corresponde asumir, lo asumo del punto de vista que soy el rostro visible de este programa, pero yo no voy a cargar la responsabilidad porque no me corresponde, porque si fuera mía lo asumiría”, continuó.

“Pero yo quiero decir algo y lo voy a decir por última vez. Yo no me podía perder un aprendizaje personal. Yo no nací a ser artista en beneficio de que me levanten en andas todos los días. Yo sé lo que es el rigor, el esfuerzo y el sacrificio y ese es el mayor legado que puedo sacar como conclusión de un momento como éste”, prosiguió.

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Las pifias son el reflejo del equilibrio que te da la vida, del momento de decir ‘levántate weón porque si te gusta esto, ésto es lo que tienes que hacer con más ganas’. Y fundamentalmente yo tengo una responsabilidad como comunicador y también como ser humano. Y le quiero decir a mis hijos ‘no todos los días son buenos, se triunfa, te aplauden. La vida es así"”, consignó frente al silencio de sus compañeros.

“Y como yo sabía que iba a pasar, ese momento no me lo iba a perder, es mío, es inquebrantable, es un recuerdo para mi, y cada pifia que demuestra una rabia, es una rabia que no está dentro mío. Yo no tengo rabia con nadie, no tengo rabia por la vida, no siento rencor. Soy un gallo sano, que se equivoca, que tiene aciertos, pero soy un ser humano sano. No me trago la rabia de nadie, yo no comparto la mía, es mía… y ese momento lo voy a recordar por siempre porque me hizo crecer”, continuó.

“Y si alguna vez yo llego a salir de este lugar de privilegio, saldré por la puerta ancha, me sentaré a conversar, a decir ‘qué gran experiencia tuve en Mega, se acabó mi ciclo y ahora voy a comenzar otro, que también es mío, no es de nadie más’”, finalizó.

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