Josefa Isensee fue una de las mujeres más populares de los años 80 en el país. Tras ganar el Miss Chile en 1983, se convirtió en un rostro frecuente del mundo del espectáculo nacional.

También se transformó en una de las jóvenes más deseadas de la época, gracias a que fue la cara visble de importantes marcas. Pero lo que nunca se supo de ella, es que tuvo que trabajar siempre para mantenerse. “Soy de una familia de puras mujeres, que se quedó sin papá y que tuve que estudiar por mi misma, trabajar por mi misma, y los trabajos no me los ofrecían precisamente porque me sabía la teoría de la relatividad”, señaló en una conversación con Mujeres Primero.

Josefa, quien estudio varias carreras universitarias, dice que jamás le preguntaron por su educación. “Yo simplemente sabía que si yo era modelo, no me iban a preguntar ‘quién descubrió América’?. Era otro mi rol”, agregó.

La ex modelo aseguró también que sufrió por el ser tan bella. “Yo tuve que estudiar con crédito fiscal. Yo era rubia de ojos claros y a mi nadie me creía que yo estaba pasando por problemas”, recordó y contó que estudio idiomas, con lo cual ha trabajado bastante.

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El prejuicio por su belleza siempre estuvo ahí, asegurando que incluso en su examen de grado la miraron en menos, cuando la comisión a cargo le dijo que ‘no pensaban que una modelo pudiese… -hacer un buen trabajo’-.

Todo esto le pasó la cuenta a Josefa, quien decidió retirarse de las cámaras y las pasarelas. “Uno no puede estar encasillado en una sola cosa, puede hacer muchas cosas. Por eso me salí. Llegó un momento en que yo sentí que ya había vivido mi etapa, lo que también coincidió con este libertinaje de la televisión que a mí no me acomodaba, sobre todo el lenguaje, a cualquiera se le llamaba modelo y para mí una modelo no es ir a una discoteque a bailar en colaless, por ejemplo“, dijo.

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Su nueva vida

Hoy en día, Josefa tiene 54 años y vive un matrimonio feliz aunque sin hijos. “Yo no pude tener guagua, no es que no haya querido, perdí dos, pero la vida sabrá lo que hace, la vida sabe lo que hace y yo lo muy pasé mal, quería ser mamá pero no lo fui no más. Siempre estuvo en mis planes, pese a que nunca intenté nada artificial, pero me chequeé, me hice ver, vi por dónde estaba el problema pero no resultó no más”, dijo.

Pero a pesar de lo doloroso de su experiencia, señaló que todos los días intenta despertar con energía y que el deporte se ha convertido en su compañero, el cual práctica en la mañana y en la tarde, además de dormir una siesta por las tardes.

Finalmente descartó completamente el hacerse una cirugía plástica. “Me da pena esa gente que termina siendo la caricatura de sí misma, cómo no hay una familia detrás que le diga a la persona ‘oye no te sigai poniendo labios, no te sigai operando… (sic)’”.

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