El 20 de enero de 2017 Melania Trump bajaba las escaleras del Capitolio con asombro. La modelo eslovena iba de la mano de Donald Trump, la estrella de realitys que ese día asumió el cargo más importante de Estados Unidos, ser su presidente.

Con el peso del cargo, Melania se convirtió en blanco de la prensa, pero a diferencia de su antecesora Michelle Obama, los dardos irían contra ella por sus excéntricas acciones, cómo por ejemplo, ostentar una lujosa decoración navideña, usar zapatos de taco aguja para visitar las inundaciones provocadas por el huracán Harvey o llevar una chaqueta con la frase “I really don’t care, do you?” (A mí realmente no me importa ¿a ti?) en plena crisis migratoria, consigna El País.

Sin embargo, uno de los ataques más brutales que ha recibido, no lo dio la prensa que la sigue día y noche, sino que fue su íntima amiga, confidente y ex asesora, Stephanie Winston Wolkoff, quien publicó “Melania and Me: The Rise and Fall of My Friendship with the First Lady” (Melania y yo: El ascenso y la caída de mi amistad con la Primera Dama), una puñalada en la espalda a la esposa de Trump, quien la deja como una mujer obsesiva y obstinada en la previa a las elecciones de noviembre, que la podrían mantener por una temporada más en la Casa Blanca.

Amigas… ¿amigas?

La primera pregunta que surge ante la publicación es ¿Quién es Stephanie Winston Wolkoff? Y la respuesta la entrega The New York Times.

Se trata de la ex directora de eventos especiales de Vogue, conocida por ser la principal organizadora de la Met Gala bajo la dirección de Anna Wintour, ex directora de moda de Mercedes-Benz New York Fashion Week, productora ejecutiva y directora creativa de la ceremonia de inauguración del gobierno de Donald Trump y lo más importante, ex asesora de confianza de Melania.

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La experta en eventos, se hizo amiga de la eslovena en 2003, asistiendo al matrimonio de los Trump, el baby shower de la modelo y su cumpleaños número 40. Fue la primera contratación de la Primera Dama americana para su equipo de confianza, un trabajo que no era remunerado.

Estando en la Casa Blanca, Stephanie se convirtió en la protectora de Melania, su jefa de personal, en las sombras, pero también, su amiga y mentora.

Sin embargo, todo cambió radicalmente, cuando en 2018 salió de la Casa Blanca en pleno escándalo, luego de que se revelara que su firma recibió casi 26 millones de dólares para planificar la ceremonia de inauguración, lo que se calificó como un exceso, que terminó con la amistad de 15 años.

Su reproche es que Melania no la defendiera ante las acusaciones y sobre todo, la cobertura de los medios de comunicación que la apuntaban a ella, como quien se había apropiado del dinero de los contribuyentes americanos.

Además, despedirla cuando ella estuvo desde el principio en la carrera de la eslovena, indicando: “Presencié la transformación de Melania de baño de oro a 24 kilates. Creí que tenía el corazón a juego, que genuinamente le importaba y era cariñosa y merecedora de toda nuestra atención. A lo largo de nuestra amistad inicial, eso era lo que yo veía en ella. Al verla ahora, y ver que solo queda el cascarón de oro, debo preguntarme si eso es lo que ella era y yo solo fui la tonta que se compró el reloj de imitación en la esquina”.

Su venganza fue un libro no autorizado que muestra a Melania en la intimidad, lo que ninguna otra publicación sobre el matrimonio más importante de Estados Unidos había logrado, revelando los secretos que la Primera Dama americana mantiene con su círculo más cercano y que, según califica The New York Times, es impenetrable para la mayor parte del mundo.

La “Primera Dama Electa” no necesita el movimiento #FreeMelania

No es el primer libro que revela las extravagancias de Melania Trump, pero sin duda, las palabras de Wolkoff son mucho más creíbles, debido a su posición en el círculo de la “Primera Dama Electa”, cargo que se impuso para la correspondencia, pese a que su ex asesora le indicó que no es un cargo elegido por el pueblo. A juicio de Wolkoff, la obstinación de la modelo por mantener el cargo de esa forma, es una muestra de su arrogancia y narcisismo exacerbado, consiga El Mundo.

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So beautiful 😍 #melaniatrump #firstlady #flotus

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La publicación considera polémicos momentos de Melania y cómo ha sido su reacción, de la forma más honesta, a situaciones como cuando asistió a la frontera de Estados Unidos para visitar a niños separados de sus padres con la famosa chaqueta verde de Zara que llevaba en su espalda la frase “Realmente no me importa ¿a ti?”complacer a los demás, no era la prioridad de la Primera Dama, añadiendo en su relato: “Pragmática como es, concluyó que como no podía controlar lo que la gente pensaba, no tenía por qué importarle lo que creían”.

Tal como destaca Vanity Fair, la autora añadió que la declaración de la modelo fue: “Todos se volvieron locos por la política de cero tolerancia en la frontera, pero no saben lo que realmente está pasando; los niños que conocí fueron traídos por coyotes, la gente mala que trafica, y por eso los enviaron a refugios. No están con sus padres y es triste, pero las patrullas me dijeron que los niños decían: ‘Vaya, ¿tengo una cama? ¿Tendré un armario para mi ropa?’. Es más de lo que tienen en su propio país donde duermen en el suelo; aquí los están cuidando muy bien”.

Luego, se habría comparado con su antecesora, una de las mujeres más admiradas del mundo, señalando: “¿Michelle Obama fue a la frontera? Ella nunca lo hizo. ¡Muéstrame las fotos!”.

Sin embargo, esto no es lo único que destapa el libro. También destaca que Melania habría puesto como condición para mudarse a la Casa Blanca, una remodelación de la residencia que antes utilizaban los Obama, declarando: “No me mudaré a D. C. hasta que la residencia sea remodelada y redecorada, empezando por una nueva ducha e inodoro”. Además, solicitó pintar su oficina y su closet de “rosado Middleton”, lo que el presidente no autorizó, junto con tener una habitación “glamorosa” para el peinado y maquillaje, consignó el medio norteamericano.

Aunque una de las revelaciones más importante que realiza la autora es sobre el matrimonio Trump. Si bien, no enfatiza en la relación de esta con sus hijastros, si ahonda en la dinámica de la pareja al mando de la política americana. La autora manifiesta que el hashtag #FreeMelania, que alude a que Melania estaría presa en la relación, no tendría cabida en la cabeza de la diplomática, lo que dejó claro cuando evitó declarar al respecto señalando: “No les debo una explicación”.

En cuanto a su papel en el matrimonio, Wolkoff manifiesta que ella no sería una mujer que luche contra Trump, más bien declara “Melania me dijo a su manera que ella no era parte de la solución, era parte del problema. No hablar y no luchar contra el problema es parte del problema, y eso lo aprendí de la manera más difícil”.

Respecto de las infidelidades que se le atribuyen a Donal Trump, Melania, que fue una defensora de la carrera de su marido por la presidencia, se habría manifestado desconcertada indicando: “Sé con quien me casé”, destaca Vogue.

Melania en modo “guardiana del encuadre de las fotos”

La relación entre la esposa de Donald Trump y su hija, Ivanka, parece que no sería tan cordial cómo intentarían aparentar usualmente, sin considerar el desaire que le hizo la hija del presidente en la Convención Nacional Republicana.

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Мелания Трамп в очередной раз стала объектом жесткой критики – на этот раз из-за якобы нескрываемого двуличия, которое она продемонстрировала во время национального съезда Республиканской партии 🙄 В сеть попало видео, на котором первая леди США дружелюбно улыбается Иванке Трамп, закончившей свое выступление, а затем резко меняется в лице. «Есть ли кто-то, кого она не ненавидит?» – поспешили задать вопрос пользователи Twitter. По стопам инцидента решили разобраться, что не так с первой леди США и почему она уже давно впала в немилость у американцев, – в материале по ссылке в профиле ☝ #MelaniaTrump #melaniatrump #trump #firstlady #lady #fame #twitter #DonaldTrump #trumpfamily #usapresident #usafirstlady #article #critics #politics #smileandwave #social #melaniatrumpstyle #worldpolitics #newsoftheday #instavideo #fun #hate #ivankaandmelania #awesome #firstladystyle #hatred #todaynews #usa #policy #womanpower #Repost @DGComedy

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Según destaca The New York Times, Melanía habría comenzado desde la Toma de Mando con una operación para bloquear la participación de Ivanka, la hija favorita del presidente Trump.

En palabras de Wolkoff, “A Melania no le entusiasmaba que Ivanka guiara el programa y no lo permitió”, añadiendo que “tampoco se alegró de saber que Ivanka insistía en caminar en el desfile de Pennsylvania Avenue con sus hijos” por lo que habría realizado diversas acciones para mantenerla lejos de los ángulos de las cámaras y que por tanto, no apareciera en las imágenes principales.

Según destaca El Mundo, Melania no soporta a la “princesa” como llama irónicamente a Ivanka, destacando que el plan implicaba vetar a la hija del mandatario de importantes eventos como el Día Internacional de la Mujer o la ofrenda floral al cementerio Arlington.

Esto último consideraría tanto a Ivanka, como la familia que conforma con el el multimillonario judío Jared Kushner, propietario del The New York Observer, a quienes llama “serpientes”.

Sin embargo, la influencia de Ivanka en el gobierno de su padre es tan relevante, que incluso en 2016 este planteó elegir a su hija como su acompañante en la papeleta de la elección de noviembre, dándole el cargo de Vicepresidenta.

Según revela Rick Gate, ex subdirector de la campaña del presidente, en su libro Rick Gates en su libro “Wicked Game: Una historia desde dentro sobre cómo Trump ganó, Mueller fracasó y América perdió” que se lanzará el 13 de octubre, Trump justificaba su postura definiendo a su hija como: “¡Es brillante, inteligente, hermosa y la gente la amaría!”, sin embargo, fue ella misma quien, a sus 34 años, salió de la carrera presidencial, consigna El País.

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No obstante, Tim Murtaugh, director de comunicación de la campaña 2020, descartó que la información fuera real, a lo que Gate consignó que sólo se habría mantenido en el círculo de asesores que estuvieron al tanto de los potenciales candidatos del cargo que quedó en manos de Mike Pence.

De todas formas, Ivanka Trump si logró llegar a la Casa Blanca, siendo asesora de su padre junto a su Jared Kushner, quien trabaja como consejero presidencial para Oriente Próximo, labor que desempeñan sin recibir remuneración a cambio, bajo la atenta mirada de su madrastra, Melania Trump.

Cabe destacar que este jueves Melania dio positivo, junto a Donald Trump, al coronavirus.