A pesar de ser muy joven, la actriz Magdalena Müller lleva 14 años trabajando en televisión. En ese tiempo ha visto el lado bueno y malo de ser una figura pública.

Así lo comentó durante su aparición en La Divina Comida, donde fue una de las invitadas junto a Amparo Noguera, Nicolás Copano y Guido Guirardi.

En aquella oportunidad, la artista de 27 años aseguró que para la teleserie Somos los Carmonas le pidieron subir de peso y ella aumentó 10 kilos, lo que conllevó a una ola de bullying en redes sociales.

“La historia era como la de Los Beverly Ricos, una familia del campo que llegaba a la ciudad y se hacían como millonarios”, explicó sobre la producción.

“Cuando yo engordé esos 10 kilos, perdón la palabra, me hicieron mierda, el público y la gente en redes sociales me decía: ‘¡¿qué hizo?!’. Es bien impresionante”, añadió.

TVN
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La conversación llevó a Girardi a reflexionar sobre los estereotipos. “O sea, el prejuicio es que los pobres son guatones. El concepto es que los ricos son bonitos, flacos y rubios y los pobres tienen que ser gordos y feos”, sentenció.

Asimismo, la actriz reconoció que “nunca me han dado un personaje de clase alta, solamente porque tengo los ojos cafés, el pelo café y no soy lo suficientemente delgada”.

Pero eso no fue todo, porque también reveló que algunos de sus jefes le pidieron bajar de peso. “(La aceptación del cuerpo) Es mi bandera de lucha desde que estoy en la televisión, porque a mí muchas veces me han dicho que baje de peso. He tenido conversaciones con jefes, que me han dicho ‘Magda 3 kilitos menos’”, aseguró.

CHV
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Los kilos han sido un tema que ha marcado la vida de Magdalena, quien en su infancia estuvo muy interesada en el ballet, donde conoció la exigencia del “cuerpo perfecto”.

“A los 12 años me fui a evaluar con la Sara Nieto, para saber si tenía aptitudes reales. Ella me dijo que sí, pero que tenía que tener cuidado con mi físico”, afirmó.

“Para ser bailarina de ballet hay que ser extremadamente delgada, y yo ya me había empezado a desarrollar. Al tiro dijo que ‘eso es algo con lo que vamos a tener que luchar’. Llegabas al Municipal te pesaban al entrar, te pesan al salir”, explicó.

“Hay comentarios como ‘estás gorda, desentrenada. ¿Cómo no te da vergüenza?’. Es difícil, pero yo creo que hay un amor muy grande”, finalizó.

Recordemos que en 2016, Müller reconoció que se había sometido a una cirugía para reducir su busto. “Mi reducción mamaria no fue un tema estético, aunque me ayudó con mi autoestima. Mi operación fue por un tema de salud“, aseveró.

Según le explicaron los médicos, ella padecía de Gigantomastia, un problema que aparece durante la pubertad y que por lo general se genera después de la primera menstruación.

El tamaño de su busto terminó por causarle dolores y problemas en su día a día. “Encontrar sostenes y bikinis era un desafío, a veces no encontraba los apropiados. Llegué a ponerme hasta tres sostener para poder salir a correr”, reconoció.

La operación fue difícil y la recuperación larga, pero todo salió bien y hoy se encuentra feliz.