Jani Dueñas despertó al “Monstruo” del Festival de Viña con su espectáculo de humor en febrero pasado. La actriz fue pifiada y no logró terminar su show, despertando una polémica que la siguió por varias semanas.

Desde entonces no se ha referido muchas veces al tema, pero hizo una excepción en la revista Sábado, donde además realizó una autocrítica.

Jani afirmó que le habían ofrecido antes participar en el certamen, sin embargo, “yo decía que no quería ir porque no me sentía preparada”. “Pero algo pasó en el camino que luego de Netflix, de la revista Time, yo me tenté, me seduje un poquito con la transversalidad, y de tratar de llevar lo mío a un público más masivo y ver qué pasa”, agregó.

El resultado es conocido por todos y el espectáculo de la comediante no superó los 33 minutos antes bajar de la Quinta Vergara. “Mi mánager me fue a buscar al escenario con cara de funeral y yo estaba con un extraño ataque de risa nerviosa. Luego llegaron los ejecutivos a mi camarín, todos con cara de funeral y yo echando la talla. Yo creo que estaba en adrenalina profunda”, aseguró.

“Yo siento que la gente no logra entender que uno sale de ahí sin saber muy bien lo que pasó. Para mí ha sido un misterio, y todavía lo es. Obviamente bajé ciertas ideas”, añadió. “Y aquí viene la autocrítica: yo no me preparé para el festival”, confesó.

Antes de Viña, Jani presentó su show ante su audiencia de siempre y no ante otros públicos más masivos. “Preparé una rutina que sentí que era un poquito más transversal que la que hago siempre. No hice festivales. Hice solo bares. No hice shows grandes, y probé la rutina solo con la gente que me va a ver siempre, que es la gente que piensa igual que yo. Ese fue mi error. No saber a lo que iba”, dijo.

Previamente la humorista conversó con Felipe Avello en el programa Detrás de las Risas, donde reveló que los días posteriores no fueron fáciles. “Quiero que la gente sepa que no es bacán lo que pasó, lo pasé mal, que fue una noche muy difícil y que los días posteriores fueron más difíciles todavía”, comentó.

“Yo creo honestamente que nadie se merece esa energía, nadie se merece que tengas quince mil personas diciéndote que te vayas, pifiándote y gozándolo, porque yo miraba las caras de la gente y lo estaban pasando bien haciendo eso. Y encuentro que es triste para cualquier persona, no sólo porque me pasó a mí”, explicó.

“Creo que salí de mi casa como un mes después y me fui de vacaciones al toque muy lejos, entonces no me encontré mucho con humanos en los primeros días. Pero a estas alturas ya la gente se acerca a tirarme buenas vibras. Completamente distinto a lo me escribían por Twitter o que me mandaban por DM, todavía hay gente que me está mandando a que me mate. Eso es bien impactante, cómo alguien puede desear que tú te mates porque te fue mal en algo”, admitió.

Tras los alocados meses que le tocó vivir, la vida de Jani volvió a la normalidad y hoy ya puede tomar las cosas con más calma.