Max Cabezón fue uno de los participantes más destacados de la segunda temporada de MasterChef de Canal 13.

Luego de su paso por el espacio televisivo, el cocinero no sólo consiguió desarrollar una carrera en televisión, sino que también en la publicidad.

Con más de 111 mil seguidores, Cabezón hoy en día es un importante influencer en Instagram, plataforma en la que comparte diversas imágenes de sus actividades.

En ellas se ha podido ver el cambio físico del ex MasterChef, quién ha bajado entre 4 y 5 kilos en el último tiempo.

En conversación con el periódico nacional LUN, el cocinero reveló su radical método de alimentación.

“Empecé hace un mes con la llamada dieta del guerrero, que en palabras simples consiste en ayunos de 20 horas y ventanas de cuatro horas donde puedo comer harto”, explicó al citado medio.

“Normalmente como en la mañana porque eso se adapta más a mi estilo de vida. Como verduras con bajo índice de carbohidratos, como tomates, pepinos y lechuga. Y me cargo mucho a la grasa y a la proteína”, añadió.

“Por ejemplo huevos revueltos, jamón, con tocino o queso maduro o queso fresco. Además palta o frutos secos. La intención es sumar todas las calorías que necesito”, sostuvo.

Max explica que el resto del día solo toma té o café, todo sin azúcar. No obstante, aclara que los fin de semana generalmente es más flexible, sobretodo por su nueva pizzería (Testardos, Manuel Montt con Simón Bolivar, Ñuñoa), debido a que debe probar las preparaciones.

“He bajado cuatro o cinco kilos, se me deshinchó la cara, ando más energético y duermo mejor”, enfatizó.

Según recoge el portal especializado Entrenamiento, la dieta del guerrero fue creada en 2001 por Ori Hofmekler, un antiguo miembro de las Fuerzas Especiales israelíes.

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Se trata de una dieta considerada como una variante del “ayuno intermitente“, un término general utilizado para los patrones de alimentación que incluye períodos de ingesta calórica reducida durante un período de tiempo definido.

Carolina González, nutrióloga de la Clínica Alemana, señaló a LUN que no existen estudios concluyentes que indiquen si la dieta hace bien o no, aunque agrega que a juzgar por lo visto en el caso de Max, no hay elementos negativos.

“Quizás a él le funciona, pero no es para todo el mundo y debe ser monitoreado por un médico”, concluyó.