El tarotista y ancestrólogo del matinal Bienvenidos, Pedro Engel, es conocido a nivel nacional por entregar consejos a las personas, ayudándolas a crear y mantener una actitud positiva frente a la vida. Esta vez fue más lejos y propuso un desafío a sus seguidores en redes sociales: estar 50 días sin quejarse.

Entrevistado por Las Últimas Noticias, Engel indicó que este mecanismo es ideal para alejar las malas energías presentes en el entorno y quitar las sensaciones de rabia y frustración.

“La queja atrae más queja, es un imán para la mala onda. No importa si estamos tristes y pareciera que estuvieran mintiendo al evitar quejarnos, porque las palabras transforman la realidad. Si estoy triste, pero digo que estoy feliz y agradezco, las cosas empiezan a llegar”, comentó.

El propio tarotista indicó que el reto siempre permite a las personas volver a empezar. Por lo tanto, quien se esté probando a sí mismo y note que volvió a quejarse de algo, tendrá que comenzar desde cero.

“(Los chilenos) somos muy acusadores y críticos. Estamos acostumbrados a culpar al resto y quejarnos. Pocas veces escucho cosas positivas de la gente. Es necesario cooperar con la felicidad del otro”, indicó Engel.

Los beneficios de dejar las quejas de lado

La psicóloga Mireia Navarro Vera, del centro El Teu Espai de España, indicó en 2016 que en realidad las quejas impiden a las personas avanzar en la búsqueda de soluciones para sus problemas.

“Si mi trabajo no me hace feliz, quejarme no sirve de nada, debo buscar soluciones: o bien arreglo la situación que no me gusta dentro de mi trabajo o bien cambio de empleo, o al menos lo intento”, dice ella como ejemplo.

Al mismo tiempo, Navarro explicó cuáles son sus nueve razones para dejar de quejarse por problemas que existan en el día a día.

Vera Arsic | Pexels (CCO)
Vera Arsic | Pexels (CCO)

Las quejas hacen que las cosas se vean peor de lo que son

“Cuando alguien se queja se centra solamente en lo que está mal, no presta atención a nada más. Aunque lo que está mal sea solo el 20% y el 80% restante esté bien, se fija en lo negativo, obviando lo positivo. Cuando te pasas el día quejándote y hablando de lo malo, acabas viendo las cosas peor de lo que realmente son”, explicó la psicóloga.

Corres el riesgo de que se convierta en un hábito

“Cuanto más te enfocas en lo negativo, más difícil se hace ver el lado bueno de las cosas y más te alejas de una mentalidad positiva. Nuestros hábitos nos definen y nos guían, así que deberíamos cuidar mucho que hábitos escogemos”.

Acabas teniendo lo que enfocas

“Es lo que los psicólogos llamamos el sesgo de confirmación: es una tendencia a interpretar la nueva información de manera que confirme las propias preconcepciones y obviar la información que contradice nuestras creencias. Por lo tanto, si yo me focalizo en lo negativo, tenderé a escoger la información que me da la razón de que todo es una mierda y dejaré de ver la información que me dice lo contrario”.

Las quejas conducen a los demás a la queja

“Normalmente el discurso de una persona que se queja genera en el oyente esta tendencia a la protesta, creando un clima de malestar emocional palpable. Si tu entorno se queja, acabas intoxicándote de esa tendencia y focalizando también tu atención en las cosas negativas. Te acabas creyendo sus quejas y haciéndolas tuyas”.

Las quejas generan sensación de indefensión

“En un ambiente de continua queja, se acaba pensando que no hay solución, que no se puede hacer nada por cambiar las cosas, que hagas lo que hagas todo continuará siendo malo o peor”.

Mohamed Abdelgaffar | Pexels (CCO)
Mohamed Abdelgaffar | Pexels (CCO)

La queja mata a la innovación

“Una persona que se queja es la primera en disparar en contra de una idea innovadora. Creatividad y queja son dos cosas opuestas, o se da la una o se da la otra, pero no las verás juntas”.

La queja atrae a gente negativa

“La queja atrae hacia sí a gente negativa, cualquier persona optimista será vista como poco realista o ingenua”

La queja crea relaciones insanas

“Las personas que se quejan juntas, se unen contra el mundo y se alimentan unos a otros para seguir siendo negativos, cualquier idea positiva será mal vista. Al final, se acaban uniendo entre sí y formando ‘grupos cerrados’ de retroalimentación negativa”.

La queja y el pesimismo son dos caras de la misma moneda

“La queja te focaliza en lo negativo y eso te lleva al pesimismo, a ver solo el problema de cada asunto, sin pensar nunca en las soluciones. El que es pesimista cree que pensando en lo peor estará más preparado cuando llegue, pero lo que no sabe es que el optimista disfruta más de la vida y cuando le llega el problema se focaliza en la solución, teniendo absoluta confianza en que lo que está haciendo va a funcionar”.