Hace algunas semanas Jordi Castell reveló en Vértigo la dura infancia que tuvo que vivir producto de los malos tratos de parte de su padrastro.

En la ocasión dijo: “Fue el peor maltrato físico que un niño de ocho o nueve años pueda tener, fue un abuso constante y unos niveles de humillación y violencia… lo tenía borrado, ahora lo estoy recordando cuando me lo preguntas”, afirmó aquella noche a Diana Bolocco.

Esta semana, el fotógrafo revivió toda aquella oscura etapa en una entrevista con la revista Cosas. “Los niveles de violencia que viví eran brutales. Yo tenía ocho años y me obligaba a desnudarme, y después me azotaba con un alargador dejándome lleno de llagas por todo el cuerpo“, dijo. “Los abusos no fueron sexuales, pero sí hubo mucha violencia y mucha humillación”, agregó.

El exanimador también dijo que siente que sus verdaderos padres fueron sus abuelos, pero que a los siete años llegó a vivir con su madre y el esposo de esta. A los 10 años, su abuela se lo llevó, pero tiempo después tuvo que volver a esa casa.

Castell también recordó que incluso un 23 de diciembre se “agarró a combos” con el hombre, lo que le causó un gran dolor porque se trataba del padre de sus hermanos. “Para mi la familia tiene un valor importante”, reconoció.

“Hay un tema que aún divide a los hermanos y es cuando ellos hablan de su padre. Yo no quiero que esto le vuelva a pasar a nadie, y por eso me siento con el deber de compartirlo porque yo me salvé gracias al amor que me dieron“, explicó.

Por su parte, también aseguró que su verdadera figura materna fue su abuela, pero que tampoco siente rencor con su madre biológica. “A mi mamá tampoco la puedo juzgar, no me siento con la autoridad de hacerlo. Con mi madre siempre tuvimos una relación que no es de madre a hijo. No la cuestiono y jamás la culparé“, dijo.

La relación entre su madre y su padrastro terminó cuando el hombre la dejó por una mujer más joven, quien posteriormente lo dejó a él.

Tras mucha terapia, Jordi reconoció que por fin puede hablar del tema pues ha desarrollado ciertos mecanismos con los que olvida algunos episodios. “Otra de las cosas que he hecho con los años como mecanismo de defensa es que trato de desdoblarme, yo borro cosas de mi cabeza y cuando me acuerdo de cosas malas que viví, veo a otro niño, no pienso que yo las viví”, comentó.

Hoy el comunicador tiene una nueva vida alejado de la televisión por su propia decisión y con una relación de cuatro meses con un ingeniero comercial.