Este miércoles Luis Jara dio una conferencia de prensa donde habló del delicado momento de salud que vive y que lo obligará a alejarse de la pantalla chica. Pero antes de eso, concedió una sincera entrevista a revista Caras en la que habló de la operación a la que se someterá el próximo 8 de junio.
Todo comenzó en diciembre pasado cuando el cantante y animador comenzó a notar que su voz sonaba desgastada. Por esos días estaba de vacaciones en Aruba junto a su familia, pero la disfonía no paraba lo que lo empezó a preocupar.
Algunas semanas después visitó a su médico y se realizó una laringoscopía (examen visual de la laringe), la cual mostró una laringe muy inflamada y una protuberancia extraña. “Los doctores me dijeron que el reflujo que tengo pudo dañar mis cuerdas. Me golpeó fuerte… Me quedé mucho rato en el auto en blanco, sin saber qué decir ni a quién llamar. Pensé: ‘aquí se acaba todo’; fue como si me hubiesen anunciado el comienzo de un fin”, recuerda y asegura que en un primer momento sólo se lo contó a su esposa Silvana.
En febrero las cosas se pusieron peor. “No llegaba a las notas, se me quebraba la voz y sabía muy bien que no era de cansancio. Comencé a desesperarme. Y lo peor, los remedios ya no hacían efecto”, agregó.
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En marzo su laringe seguía inflamada aunque la protuberancia podía verse más clara en el examen. Según consigna la revista se trataba de una “especie de tumor de tamaño importante adosado a su cuerda vocal derecha que le impide que ésta cierre bien”.
Para descartar cualquier situación, el 8 de junio se someterá a una intervención para sacar tejido para una biopsia, cirugía que lo obligará alejarse de su carrera durante un mes.
Actualmente se encuentra con un tratamiento simultáneo de fonoaudiología y de reflujo. “Un día me llamó uno de los doctores quien me cuenta que encontró mi ficha médica del 2012 cuando me operé de la manga gástrica. Allí aparece que, producto del entubamiento, una de mis cuerdas sangró y presentó una hemorragia“, recordó.
“Al parecer esa lesión se montó sobre otro sangramiento que con los años se enquistó. Los médicos aún no entienden cómo seguí funcionando igual y es porque mi técnica vocal es muy buena”, agregó.
La cirugía busca retirar la mayor cantidad de tejido para permitir que las cuerdas vocales logren funcionar. “No soy miedoso, pero esta vez sentí un temor desconocido; una mezcla de pena, dolor enorme y fragilidad. Mi mayor miedo es quedar sin voz, tener cáncer a la laringe, a las cuerdas vocales, porque si esto se manda a biopsia es por algo, el color es indeterminado. Recién ahí me di cuenta del valor de mi garganta, ¡de mi voz!”,comentó.
