La bandera de lucha  de Donald Trump para llegar a la presidencia de EE.UU. fue su enorme rechazo hacia los inmigrantes ilegales. De hecho, sus primeras medidas fueron dedicadas a combatir este tema. Lo que pocos saben, sin embargo, es que Trump conoce de cerca la inmigración.

El mandatario norteamericano es hijo de Mary Anne MacLeod, una inmigrante escocesa que llegó a Nueva York en busca de nuevas oportunidades, y arrancando de la pobreza que azotaba la isla en la que vivía. Una versión muy diferente a la que entregó el empresario hace un tiempo, donde aseguró que su madre visitó EE.UU. en vacaciones y se quedó tras conocer al padre de Trump.

La historia real comenzó hace casi 90 años, cuando una adolescente llegó sola a Nueva York a bordo de RMS Transylvania con una maleta y 50 dólares –la cantidad mínima requerida para ingresar a EE.UU. en la época-. Apenas había cumplido 17 años, pero tenía claro su objetivo de dejar atrás su vida en la pequeña isla de Lewis para convertirse en ciudadana norteamericana.

MacLeoad era hija de un pescador y una dueña de casa. Creció en una villa conocida como Tong, la que sufrió graves daños durante la Primera Guerra Mundial.

A la izquierda Mary Anne en su tierra natal
A la izquierda Mary Anne en su tierra natal

Como todo inmigrante, Mary Anne necesitó ayuda para poder salir adelante por lo que se quedó la mayor de sus nueve hermanos, Christina Matheson en Long Island. Durante sus primeros cuatro años en el país trabajó como empleada doméstica, incluso en el censo de 1930 fue registrada como con tal ocupación.

Fue el diario escocés  The National quien confirmó el pasado de Mary Anne y publicó sus documentos de inmigración entre otros datos, como que la hermana que la albergó en EE.UU. tuvo una hija fuera del matrimonio en 1920 en su país natal, un gran escándalo para la época.

The National
The National

Mientras trabajaba como asesora doméstica, conoció en un baile a Fred Trump, un hombre de 30 años que se desempeñaba en el sector inmobiliario y que era hijo inmigrantes alemanes.

La pareja se enamoró rápidamente y en 1935 ella se mudó a la casa de la familia de Trump en un sector de clase media en Long Island. Un año después contrajeron matrimonio en la iglesia Presbiteriana de la Avenida Madison, junto a la compañía de sólo 25 invitados. La mujer, sin embargo, recibió la nacionalización 12 años después de su boda.

Desde el momento en que conoció a su marido ella siempre intentó ser un apoyo incondicional, especialmente cuando el hombre comenzó su propio negocio en el sector inmobiliario fabricando, vendiendo y arrendando  casas a lo largo de Nueva York.

Mirrorpix
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Según Michael D’Antonio, autor del libro Never Enough: Donald Trump and the Pursuit of Success (“Nunca suficiente: Donald Trump y la búsqueda del éxito”),  Mary Anne era descrita como una “encantadora, vivaz y astuta mujer, una perfecta compañera para Fred”.

“Eso me dijo Trump sobre ella, que era muy competitiva y tan ambiciosa como su padre. Lo único es que creo que no podía expresarlo de la misma forma porque era una mujer. En esa época era difícil para las mujeres hacer una carrera y ser tan ambiciosas como pueden serlo hoy”, señaló  D’Antonio al diario inglés Daily Mail.

La pareja tuvo cinco hijos, Maryanne (1937), Elizabeth (1942), Donald (1946),  Robert (1948) y Fredrick Jr. (1938), quien falleció en 1981.

La partida de Fred Jr. fue un duro golpe para la familia, quienes lo vieron atravesar por su adicción al alcohol, lo que finalmente terminó con su vida a los 42 años. El actual presidente de EE.UU. aseguró que la muerte de su hermano tuvo un gran impacto en su vida, y es la razón por la que no toma ni fuma.

De izquierda a derecha: Donald, Fred jr, Elizabeth, Maryanne y Robert
De izquierda a derecha: Donald, Fred jr, Elizabeth, Maryanne y Robert

Los años pasaron y el negocio de los Trump se volvió increíblemente rentable, tanto que amasaron una impresionante fortuna que sus hijos -especialmente Donald- ayudaron a incrementar en el tiempo.

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Durante ese periodo, Mary Anne se convirtió en una de las mujeres más importantes de la élite en Nueva York, encargándose de los múltiples trabajos de caridad que su esposo auspiciaba.

En 1991, con 79 años de edad, la matriarca del clan fue víctima de un robo con violencia en un estacionamiento en Queen. El brutal ataque la dejó con costillas rotas, moretones en el rostro, varias fracturas, una hemorragia cerebral y daño permanente en la vista y audición.

El conductor de un camión logró capturar al bandido de 16 años que atacó a la madre de Trump y lo entregó a la policía. En agradecimiento, Donald le regaló una fuerte suma de dinero que permitió que el hombre pudiese pagar su hipoteca, lo que impidió que perdiera su casa.

Donald y sus padres
Donald Trump y sus padres

En 1999, Fred Trump falleció producto de una neumonia tras seis años de luchar contra el Alzhéimer. A los pocos meses, su esposa Mary Anne siguió sus pasos y murió por problemas al corazón.

Tras su partida, los medios de comunicación resaltaron la labor caritativa que tuvo la mujer en su vida. El diario The New York Times publicó un obituario en el que incluso la califica como “filántropa”.

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