La única vez que he viajado a Miami, una latina-estadounidense me dijo que la celebridad televisiva de nuestro país que más conocía era “Miguelito”, por sus rutinas en el extinto Morandé con compañía.

Considerando que ese programa junto al también acabado Sábado gigante fueron, por años, de las producciones nacionales más conocidas en el extranjero, no me extraña que tanta gente pensara que todos los chilenos éramos igual de racistas y machistas, y que nuestro país fuese de los menos populares en la región.

Lo que los extranjeros no saben es que en Chile existe una marcadísima diferencia entre dos grupos poblacionales. Están los adultos mayores de 40 o 50 años, quienes crecieron con esa comedia ochentera y noventera basada en la discriminación, como si el bullying fuera un chiste. Y los más jóvenes, quienes no le ven ninguna gracia a los comportamientos tóxicos.

La rutina de Mi barrio de Mega, donde se parodia al boygroup de K-Pop BTS, pertenece a la primera categoría, a esos sketches que debieron terminar con el cambio de década.

El racismo, machismo, clasismo y similares no me parecen motivo para reír. Y es especialmente reprochable que esto aparezca en televisión abierta, considerando que actualmente hay tantos extranjeros viviendo en nuestro país que tienen que aguantar ese tipo de contenido. Me parece fuera de lugar.

Pero es incluso peor que alguien pensara que podría ser gracioso el reírse de destacadas personalidades asiáticas en un momento en que tantas personas de rasgos orientales están siendo atacadas de forma violenta, incluso con armas de fuego, a nivel mundial.

Hace pocos días, los mismos integrantes de BTS manifestaron su postura ante el odio contra los asiáticos y hablaron de sus experiencias con el racismo.

“Hemos aguantado insultos sin sentido y burlas por la forma en que lucimos. Incluso nos preguntaron por qué asiáticos hablaban en inglés. No podemos expresar con palabras el dolor de convertirnos en objeto de odio y violencia por esa razón”, dijeron en un comunicado.

O sea, un sketch racista nunca es aceptable, pero realizarlo en el contexto actual demuestra una total desconexión con la realidad que bordea la crueldad.

La situación política y militar entre Corea del Norte y Corea del Sur tampoco es motivo para reír. Ambos países están en una tensa tregua que podría acabar en cualquier momento y apuesto a que muchos surcoreanos se preguntan cada mañana si hoy será el día en que continúe la guerra.

Así que no es difícil imaginar que no les parece gracioso que los apoden “Kim Jong-un”, basta tener un nivel mínimo de empatía para darse cuenta de que es una falta de respeto. También era esperable que se enteraran de la polémica con rapidez.

Y es que no olvidemos que Chile es considerada como la capital latinoamericana del K-Pop, siendo el país en esta región que ha tenido más conciertos del género, lo que aumenta la vergüenza internacional que nos están haciendo pasar.

¿Burlarse de la forma en que hablan los coreanos? Los chilenos hablamos el peor español del mundo y otros países se ríen de nosotros por ello. No tenemos nada de lo que admirarnos en esa área. Estamos haciéndole a otros lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros. Ese humor noventero debió quedarse en el siglo pasado.

Francisca Rivas
Periodista de BioBioChile.cl