La película, ya disponible en HBO Max, muestra a los personajes 20 años después y las historias de sus hijos. Además, busca redimir algunas historias que en su momento fueron normalizadas.

Hace veintidós años, Tomás (Demián Bichir), Carlos (Víctor Huggo Martin), Ana (Susana Zabaleta), Miguel (Jorge Salinas), Andrea (Cecilia Suárez) y María (Mónica Dionne) rompieron los paradigmas del cine al demostrar abiertamente cómo vivían el amor y la sexualidad en Sexo, Pudor y Lágrimas.

Es por eso que para muchos fue una sorpresa saber de la llegada de una nueva entrega, ya disponible en HBO Max.

“Han pasado 20 años, hemos crecido con el público y eso da una sensación muy rica porque hemos vivido todo lo que pasan los personajes”, comenta la actriz Susana Zabaleta en una conferencia de prensa a la que tuvo acceso BiobioChile

De acuerdo a la intérprete, el regreso “fue muy nostálgico de hacer, pero ver a las nuevas generaciones fue una experiencia increíble”.

“De entrada yo no pude creer que quisieran hacer esto”, comenta por su parte Cecilia Suárez. “Me parecía una locura, muy arriesgado y hasta pensé que no tenía sentido”, añadió, aunque con el pasar del tiempo y con la emoción de sus compañeros, optó por sumarse al proyecto.

La historia comienza cuando el hijo de Tomás (José Ángel Bichir) llega sin previo aviso a la casa de Ana.

Sin embargo, más que alegría de recibir a su nueva visita, Ana queda petrificada ya que, para empezar, no sabía de la existencia del joven, así como también la trae a un nuevo viaje al pasado.

La mujer solo quiere olvidar el pasado pero todo se complica más al ver que su hija comienza a acercarse a su visitante, repitiendo la historia que ella vivió.

Un cambio de pensamientos

Como lo dice su nombre, Sexo, Pudor y Lágrimas 2 tocará los temas del amor y el sexo, no solo mostrando la realidad de los ya adultos sino también como una ventana a la diversidad y a la búsqueda de identidad.

Por ejemplo, uno de los nuevos rostros de la cinta está interpretado por Victoria Volkova, quien adelantó la importancia de mostrar a personas trans con realismo.

“Creo que eso es súper importante. Va a abrir camino para muchos, muchas, muches y no solamente en cuestión de personas trans, sino en diversidad de personajes e historias que estén contadas desde una perspectiva más humana y no como una burla, como un cliché”, explicó.

Otro hecho importante es que la segunda parte es consciente de lo mal que envejecieron algunas de sus escenas, y es por eso que el tema sigue fresco en la historia, aunque hayan pasado más de 20 años.

“Hay cosas en la primera película que estamos viendo cómo tienen consecuencias en esta, porque en la primera no lo sabíamos. Me refiero a una escena en específico: cuando el personaje de Jorge viola al de Ceci (Suárez)”, recordó Mónica Dionne. 

“Cuando vi esa escena me impresioné. Yo no sabía que iba a ser tan fuerte, porque yo no estaba cuando lo filmaron”, recuerda la actriz, quien aseveró que no tenía “consciencia” de aquella parte hasta que la vio en la gran pantalla.

“En ese entonces había algo normalizado. Era una relación tóxica de los dos, claro. Pero sí, la normalización de la violencia fue tremenda. 20 años después somos mucho más conscientes de eso”, comenta.

Al respecto, el director de la cinta, Alonso Iñiguez, aseguró que es por estos mismos antecedentes que la secuela se ve como “una cinta más femenina”.

No hay forma de que una película ahorita sea masculina, no debería de suceder. Creo que a final de cuentas, si la película es un resultado de lo que está pasando en la sociedad, pues tendría que derivarse en eso”, cerró.