En el cuarto episodio de la cuarta temporada de Game of Thrones, emitido en 2014, apareció por única vez un personaje que de inmediato se ganó el cariño de los fans.

Se trata de Ser Pounce, llamado Ser Garras en español, el gato que era mascota del rey Tommen Baratheon.

El pequeño felino apareció sólo una vez en pantalla, en una escena en que Margaery Tyrell fue a la habitación de Tommen para intentar seducirlo, y en eso estaba cuando de pronto el gato saltó sobre la cama.

En ese momento, Tommen le cuenta que a su hermano Joffrey no le gustaba el gato y que incluso una vez amenazó con matar a su mascota y mezclar sus restos con su comida, para que él no supiera que se lo estaba comiendo.

Desde ese cameo, Ser Pounce no ha vuelto a aparecer en pantalla. Y a dos meses del fin de la serie, por fin se ha confirmado qué fue de él.

David Benioff, uno de los showrunners de Game of Thrones, contó en entrevista con la revista estadounidense Entertainment Weekly que el gato fue brutalmente asesinado por Cersei Lannister.

“Cersei odiaba tanto el nombre de ‘Ser Garras’ que no podría permitirle sobrevivir. Así que ideó su sentencia más diabólica. La muerte de Ser Pounce fue tan horrible, que no pudimos mostrarla al aire”, explicó.

Benioff también confesó que junto al otro showrunner, Dan Weiss, no eran grandes fans del gato que interpretó a Ser Pounce en la serie, una de las razones por las que probablemente no volvió a aparecer. “Realmente no era divertido trabajar con ese gato”, dijo.

“Los perros generalmente hacen lo que les pides, si son inteligentes y están bien entrenados. (Pero) los gatos tienen su propia agenda”, acotó Weiss.

Así que… R.I.P. Ser Pounce.

En los libros Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin, en realidad Ser Pounce fue un regalo que le dio Margaery a Tommen junto a otros dos gatitos, Lady Whiskers y Boots, en un intento por ganarse su favor.

La razón es que el personaje de Tommen en las novelas era bastante menor que en la serie, apenas tenía 9 años cuando se casó con Margaery, por lo que ella no podía ganárselo con insinuaciones sexuales.