Desde sus orígenes, el cine ha estado ligado a la música. Ya en sus primeros días, cuando los músicos en vivo improvisaban sobre las imágenes mudas que iban apareciendo en la pantalla, el sonido cumplía una función irremplazable. Y qué mejor ejemplo de su importancia que el fenómeno de los musicales, aquellas películas que tuvieron su apogeo durante los 50 y los 60 con títulos tan reconocidos como, Mary Poppins, Amor sin barreras, La novicia rebelde o Cabaret.

Sin embargo, factores como el surgimiento de la televisión y el costo excesivo de traspasar la experiencia de Broadway a la pantalla grande fueron acabando con los musicales. La aparición de una nueva generación de cineastas con obras más crudas y oscuras marcaron una nueva tendencia. Durante los setenta, cintas como El Graduado, Busco mi destino o Taxi Driver se convirtieron en las favoritas del público.

Los musicales se convirtieron en una nota al pie de la historia de Hollywood. En adelante, sólo honrosas excepciones, como Chicago, Sweeney Todd o Los miserables, recurrirían al género con éxito, pero sin la gloria de antaño.

Y entonces llegó La La Land.

La La Land
La La Land

El musical de 2016, dirigido por el norteamericano Damien Chazelle, fue alabado por los críticos e igualmente bien recibido por el público. Con un presupuesto de sólo 30 millones de dólares, modesto para la tendencia de las megaproducciones de Hollywood, generó ganancias por más de 400 millones de dólares en todo el mundo y ganó cinco de sus once nominaciones a los premios Oscar, entre ellos Mejor Director, Mejor Banda Sonora Original y Mejor Canción Original.

Incluso tuvo el premio a Mejor Película durante algunos segundos, antes de que se aclarara que el premio correspondía a Moonlight.

Pero más allá del bochornoso incidente, La La Land se convirtió en la gran ganadora del año. En el sitio agregador de críticas Rotten Tomatoes ostenta un 92% de aprobación de la crítica y un nada despreciable 81% por parte del público.

Uno de los puntos más alabados fue la producción musical y las interpretaciones de sus protagonistas Ryan Gosling y Emma Stone. La La Land se convirtió en el tercer musical más exitoso en términos económicos de la historia, después de Mamma Mia! (2008) y Los miserables (2012), ambas adaptaciones de obras de Broadway, a diferencia de la cinta de Chazelle.

Éxitos de taquilla

El rumor empezó a correr: tal vez la gente sí estaba ansiosa por ver nuevos musicales. Tal vez La La Land era la señal del comienzo de una nueva época dorada. Entonces, en febrero de 2017, apareció la nueva versión de La bella y la Bestia, protagonizada por Emma Watson. Y con un presupuesto de 160 millones de dólares terminó recaudando más de 1.200 millones dólares.

“No creo que sea una coincidencia”, declaró a Shootline la coreógrafa de La La Land Mandy Moore. “Creo por un tiempo desapareció ese estilo de contar historias y de música, y no hay nada como eso (…). La gente lo desechó por un tiempo y entonces volvió a él y se dio cuenta de que en realidad era cool, ¿y por qué no reinventarlo?” concluyó.

La La Land
La La Land

Para Bill Condon, el director de La bella y la bestia, las películas musicales animadas han ayudado a que el público se acostumbre a que los personajes se pongan a cantar en medio de una escena: “Si dejas que ocurra, resulta que a la gente en realidad le encanta (…). Se siente como si el público se hubiera enganchado de nuevo”.

El gran showman, estrenada en diciembre del año pasado, podría venir a confirmar los dichos de Condon. Su éxito en la taquilla ya ostenta el récord del film con el mayor aumento en su segundo fin de semana, según Forbes, y con un presupuesto de 84 millones dólares ya ha superado los US$150 millones, de acuerdo a Box Office Mojo. Además ya ganó el Golden Globe a Mejor Canción Original y es una firme competidora para el Oscar en la misma categoría.

El Gran Showman
El Gran Showman

¿Qué hay detrás del gusto de la gente por ver a los actores cantando y bailando en la pantalla grande? ¿Es posible que estemos presenciando el inicio de un nuevo auge de los musicales? Para Benj Pasek y Justin Paul, los autores de las letras de La La Land y El gran showman, ganadores del Oscar, la respuesta es sí.

El futuro suena bien

“Gente de todo el mundo, que no estaba necesariamente interesada en los musicales, de pronto comenzó a interesarse y se dio cuenta de que no odiaba a los musicales”. Con esta simple afirmación, en una entrevista a Metro USA, Justin Paul explicó el fenómeno.

Según Benj Pasek, en el caso de El gran showman la clave fue “hacer música alegre y animada, algo que pudieras compartir con tu familia”. Como al película sería estrenada durante las fiestas de fin de año, la meta era crear una experiencia divertida y entretenida que se pudiera disfrutar con los seres queridos.

“La realización de La La Land y su éxito fue de utilidad para El gran showman, porque entonces la gente detrás de esta película se sintió mucho más confiada”, declaró Paul.

Estas palabras fueron confirmadas por Hugh Jackman, quien protagoniza la película. Según el actor, El gran showman estuvo desarrollándose durante siete años antes de su realización. “Hasta La La Land, todos decían que no había habido ningún musical original en 23 años. El pensamiento dominante en Hollywood era que a menos que tuvieras gente reconocida, no había nada seguro. Así que tomó mucho tiempo”, dijo Jackman en entrevista con Entertainment Weekly.

El Gran Showman
El Gran Showman

El gran showman se perfilaba como una película biográfica tradicional hasta que el director Michael Gracey se hizo cargo del proyecto: “Yo dije si vas a hacer una película que se llama El gran showman, deberías aprovechar tus fortalezas y hacerla un musical. Esa ridícula afirmación me costó siete años de mi vida”.

Pero la espera parece haber valido la pena. Los resultados de El gran showman y de La La Land han asegurado una nueva generación de musicales para una nueva generación de espectadores ávidos de canciones y bailes.

Ya a comienzos del año pasado, el Independent anunciaba que al menos una veintena de musicales se encontraban en producción. Entre ellos, uno de los más esperados es Mary Poppins Returns, programada para estrenarse el próximo diciembre. La cinta contará, o más bien cantará, las nuevas aventuras de la niñera más famosa del cine, esta vez interpretada por Emily Blunt, visitando a la familia Banks 25 años después de su último encuentro.

Uno de sus productores, Marc Platt, quien también produjo La La Land, explicó así el fenómeno de los musicales: “Creo que la audiencia está aumentando. Tenemos una nueva generación de fanáticos que han crecido viendo en la televisión shows como Glee. La música tiene un modo de entrar en nosotros y elevarnos”.

Por ahora, el público parece darle la razón. Hollywood y el musical son, otra vez, una gran pareja de baile.