Un nuevo libro revela que su reaparición junto a la Familia Real Británica tras dos años viviendo en Estados Unidos no fue lo que esperaban y habrían acordado.

Hace unas semanas, Meghan Markle y el príncipe Harry sorprendieron al mundo asistiendo al Jubileo de Isabel II y participando, aunque discretamente, en las celebraciones de la monarquía para la reina más longeva de la historia.

La vuelta de Meghan y Harry a las actividades de la corona supuso un reencuentro luego de turbulentos meses en los que la pareja decidió separarse de la Familia Real y emprender una nueva vida en California, Estados Unidos.

El reencuentro también venía a ser una bandera blanca, luego de las declaraciones que la pareja entregó a Oprah a través de la televisión, lo que representó un quiebre importante en la corona Británica.

Sin embargo, un nuevo y provocador libro indica que al parecer la visita de la pareja a Londres no tuvo los resultados esperados, y nuevamente se desató la furia tras algunas incómodas situaciones.

Eso es lo que relata “Venganza: Meghan, Harry y la guerra entre los Windsor”, el nuevo libro de Tom Bower, que retrata lo que habría ocurrido esos días, así como también la difícil relación de la duquesa de Sussex con la familia y los amigos del príncipe.

Matrimonio de Meghan y Harry
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Meghan y Harry: el quiebre con la Familia Real

No existe duda alguna que la llegada de Meghan Markle provocó un terremoto en la Familia Real Británica. La actriz norteamericana rompía todas las antiguas tradiciones, era divorciada, norteamericana y de raza mixta, algo que hace algunos años impediría el matrimonio entre Harry y ella.

Sin embargo, un signo de modernidad es que no hubo inconvenientes para que la pareja pudiera consolidar su relación con un matrimonio que fue transmitido a todo el mundo y al que asistió toda la Familia Real.

Claro que las cosas no fueron tan fáciles para Meghan, la prensa, sobre todo la británica, la asedió por meses y las críticas podían llegar a ser tan absurdas, como por ejemplo el por qué tocaba su barriga mientras estaba embarazada.

Los difíciles momentos que vivieron como pareja no se veían a la luz de los focos que los acompañaron en una exitosa gira por Australia y diversos eventos, donde se mostraban consolidados mientras mantenían la dulce espera de su primer hijo, Archie.

Y fue precisamente durante la espera de Archie que se desataron los problemas que terminaron con los duques de Sussex abandonando la Familia Real. Acusaciones de racismo, despojar de títulos al primogénito de Harry y quitarle la seguridad que Harry había exigido, fueron algunas de las razones para la decisión que sorprendió al mundo.

El 8 de enero de 2020, Meghan y Harry anunciaron oficialmente su salida de la Familia Real Británica y dejaron de ser “miembros seniors”, lo que implicaba un proceso de un año para dejar de participar oficialmente en eventos de la monarquía. A partir de ese momento, Harry y Meghan se establecieron en Los Angeles, Estados Unidos.

El alivio de la reina Isabell II

Tras su llegada a Los Angeles, Meghan y Harry dieron una polémica entrevista a la presentadora norteamericana Oprah, lo que levantó aún más asperezas con la Familia Real, considerando que revelaron las condiciones en las que estaban cuando decidieron dar un paso al costado.

Meghan y Harry en evento
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Acusaciones de racismo, discriminación y desprotección para la pareja hicieron que tomaran la drástica decisión de abandonar sus deberes como miembros de la monarquía.

Tras esa entrevista, el príncipe Felipe de Edimburgo, marido de Isabel II, falleció, lo que activó las alarmas de un posible arribo de la pareja a Inglaterra para el funeral del abuelo de Harry.

Según comenta El Español, el libro de Tom Bower revela que la reina habría dicho “¡Gracias a Dios!” cuando se enteró que solo Harry asistiría a la ceremonia y Meghan se quedaría en California.

La actriz se quedaba en California, ya que su avanzado embarazo le impidió moverse a Europa, esto habría sido un alivio para la Isabel II, quien habría estado aún sensible ante la entrevista que dio la pareja.

Dos meses después del funeral de Felipe de Edimburgo, Meghan y Harry dieron a conocer la noticia de que habían sido padres por segunda vez, de una pequeña niña a la que llamaron Lilibeth, en honor al sobrenombre de la reina Isabel II. Según destaca Tom Bower en su libro, no fue del agrado de la Reina que usaran ese nombre para la niña.

La reaparición de Meghan y Harry

Tom Bower es un escritor que publicó controvertidas biografías de personalidades inglesas, como Boris Johnson, Tony Blair o el príncipe Carlos, por lo que tiene experiencia en la materia.

Según cuenta Vanitatis, Bower habría entrevistado a personas con información privilegiada de la familia real y muy cercanas a Meghan y Harry, con el objetivo de desenmarañar la “guerra” que existiría entre la pareja y los Windsor.

Es en esta publicación que cuenta las situaciones que vivió la pareja, desde la relación de Meghan con los amigos de colegio de Harry, hasta las reacciones a la portada de Meghan Markle en Vanity Fair.

Aunque una de las cosas que más llamaron la atención fue la reacción que habrían tenido tras su participación en el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II, donde se sucedieron una serie de eventos en los que participó activamente toda la Familia Real.

Dos años después de que se mudaran a Estados Unidos, volvieron a Inglaterra para unirse a la Familia Real, lo que para muchos era un signo de limar las asperezas que habían adquirido los últimos años.

La pareja estuvo junto a sus hijos durante 5 días, reapareciendo en eventos públicos e incluso, aprovecharon para celebrar el primer cumpleaños de Lilibeth, celebración a la que no asistieron los Duques de Cambridge y sus hijos, por compromisos asociados al Jubileo, consignó Vanity Fair.

La furia tras el Jubileo

Megha y Harry volvieron a la vida pública junto a la familia real en la misa del jubileo que se celebró sin la presencia de la monarca, quien por motivos de salud no pudo asistir al evento.

En la ocasión, los duques de Sussex se enfrentaron a las cámaras y el público inglés que se agolpó ante la Catedral de St. Paul en Londres, para ver el paso de la familia real.

Meghan y Harry ingresaron saludando a todos los presentes y caminaron sonrientes hasta llegar a sus asientos para participar de la misa de acción de gracias, el único evento en el que se les pudo ver participando activamente.

Esto porque el segundo evento en el que se esperaba que aparecieran era en el saludo que hizo la Familia Real Británica en el balcón del Palacio de Buckingham, luedo de un desfile por las calles de Londres. Sin embargo, la pareja no apareció en el balcón y solo se les pudo ver en una ventana aledaña conversando con las hijas de Sarah Tindall, prima de Harry.

Según declara Bower en su libro, esta fue una orden del príncipe Carlos señalando “Él prefirió que Harry y Meghan, como ciudadanos particulares, no fueran invitados al balcón o a montar en un carruaje real”.

La situación habría generado el descontento de la pareja, por lo que Bower comenta “Estaban furiosos porque el palacio había rechazado todas sus demandas de un papel destacado en el Jubileo a cambio de regresar a Gran Bretaña con Archie y Lili”.

De acuerdo a Harper Bazaar, la visita de la pareja tampoco fue fructífera en su encuentro con la reina Isabel II, ya que solo pudieron están 15 minutos a solas con ella.