Diego Armando Maradona no sólo es reconocido a nivel planetario como uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos.

Su carrera es una suma de estrellas doradas, en las que Diego se coronó como el máximo exponente del balompié argentino y mundial -sólo igualado a juicio de muchos por su coterráneo Lionel Messi-, pero lo cierto es que en su vida destacó por mucho más que su talento para el deporte.

Y es que el “Pelusa” no sólo brillaba en la cancha, sino que también lo hacía fuera de ésta, sumando varias conquistas a lo largo de sus 60 años.

La más importante de todas fue sin duda Claudia Villafañe, la primera esposa de “D10S”, con quien estuvo casado entre 1989 y 2003. Producto de su relación, que se inició cuando tenían 16 años, nacieron sus hijas Dalma (34 años) y Gianinna (32 años).

Sin embargo, hay una historia que fue un “secreto a voces” durante muchos años, y que en la actualidad varios medios argentinos han podido confirmar: la relación del Cebollita con una adolescente.

Diego y Claudia junto a sus hijas | Revista Gente

Vientos cubanos

Corría enero de 2000 cuando Maradona llegó a Cuba en compañía de Villafañe, de quien se había separado de hecho hace un par de años, para comenzar un tratamiento de contra sus adicciones.

Lo hizo en el Centro Internacional de Salud La Pradera, en La Habana, de atención médica especializada, preventiva, curativa y de rehabilitación.

Tras unos meses acompañado de Claudia, la madre de sus hijas volvió a Argentina. En ese entonces, el astro del fútbol mandó a llamar a su amor de entonces, Laura Cibilla, para que le hiciera compañía en el lugar.

No obstante, los ataques de celos de Maradona contra su novia hicieron que las peleas fueran una constante. En pleno 2001, tras una fuerte discusión, Laura decidió regresar a Buenos Aires.

Diego Maradona | Instagram

Buscando culpables

Cegado por los celos, tras creer que Cibilla le había sido infiel con un animador del Hotel Meliá de Varadero, Diego le pidió a un amigo que lo acompañara al lugar para investigar.

Su amigo se hizo cercano al animador y, tras descartar que hubiese existido un affaire entre él y Laura, decidió presentarle al astro a una joven de gran belleza que acompañaba a su madre, la cual ejercía labores de mucama en el complejo turístico.

Fue entonces que Maradona conoció por primera vez a Mavys, una tímida cubana de 17 años que al futbolista inmediatamente le llamó la atención. En ese entonces, los cubanos tenían prohibido hablar con los extranjeros que estaban de visita, ya que se les podía sancionar por “acoso de turista”.

Sin embargo, tras escuchar que tamaña celebridad había quedado encantado con ella, la joven decidió juntarse con él.

Nada pasó entre ellos en ese primer encuentro, pero el jugador se obsesionó con la chica.

Diego y Mavys | Teleshow – Infobae

La relación de Mavys y Diego

Tras ello, la cubana regresó a su humilde hogar en el sector de Matanzas, donde vivía con su familia, pero Maradona quería volver a verla.

Programó un nuevo encuentro pero, como se trataba de una adolescente, la rubia llegó acompañada de su madre, su abuela e incluso su novio.

Al cabo de diez días, Maradona regresó al centro de rehabilitación, pero no dejaba de pensar en ella. La joven, por su parte, terminó con su novio y decidió comenzar una relación con “el Pelusa”.

De hecho, el futbolista recorrió varias veces los 105 kilómetros que separaban La Pradera de la casa de Mavys, con el fin de verla.

No obstante, ya siendo su novia formal Mavys agarró sus cosas y se instaló en el Centro de Salud junto a Diego. En el lugar, solían estar juntos en los alrededores o su habitación, esperando que nadie los molestara, aunque muchos declaran que se debía a los celos brutales del astro, que no quería que otro hombre siquiera mirara a la cubana.

Diego y Mavys | Teleshow – Infobae

El caso de la maleta

Tanto fue así que tras un altercado en la discoteque Macumba Habana, luego que Diego peleara con un hombre que piropeó a Mavys, Maradona decidió traer a su equipo de seguridad a La Habana.

Cabe destacar que Diego nunca terminó oficialmente con Laura y mantenía ambas relaciones de forma paralela.

Se acercaba noviembre de 2001, mes en que el Cebollita disputaría un partido homenaje en la cancha de Boca, donde lanzaría la célebre frase “La pelota no se mancha”. Desesperado porque Mavys fuera con él, pero sabiendo que había impedimentos para que los cubanos dejaran su país, una idea verdaderamente alocada pasó por su cabeza: pensó trasladar a la joven en una maleta hasta Argentina para saltarse todos los controles.

‘Quiero que le hagan agujeros para que pueda respirar’, les dijo Diego Maradona a los empleados que lo asistían en La Pradera, señalando el rack que utilizaba para trasladar sus botines, pelotas y demás elementos de fútbol en los viajes. Se trataba de un estuche metálico grande, de los que habitualmente se usan para llevar instrumentos musicales, en el que el astro ya había comprobado que Mavys cabía perfectamente. Y estaba seguro de que, escondida allí, su novia cubana podría volar a la Argentina sin ningún problema para asistir al partido homenaje que se le hizo 10 de noviembre de 2001 en la cancha de Boca”, fue parte del relato del medio Infobae respecto de la situación.

Sin embargo, afortunadamente para la joven, no fue necesario someterla a semejante locura.

Diego y Mavys | Teleshow – Infobae

“Mavys, te amo”

Quien le tendió una mano al futbolista fue Fidel Castro, con quien Maradona tenía una cercana relación.

Ante las súplicas de Diego por llevar a la joven al partido, y luego de que sus asesores se pusieran en contacto con el exmandatario cubano, el mismo Castro accedió a firmar un permiso para que Mavys viajara a la Argentina, con la condición de que debía regresar al país al cabo de no más de 20 días.

La joven, de quien sólo unos pocos conocían su existencia, se quedó en el Hotel Hilton, el mismo donde estaban alojadas en ese momento Claudia y sus hijas, además de Cibilla.

Para declarar su amor a la cubana en medio de las celebraciones por el homenaje, sin que nadie lo notara, Diego mandó a hacer unos paraguas con los colores del club de Boca Juniors y les imprimió la leyenda “Mavys te amo”, como una señal de su compromiso. Mientras, la adolescente era cuidada por algunos de sus más íntimos amigos.

Los paraguas de Maradona | Teleshow – Infobae

El ocaso de la relación

Tras el viaje al país trasandino, en el que incluso Diego aprovechó de regalarle a su novia una cirugía de aumento de mamas, la relación siguió adelante. Esto se mantuvo hasta el año 2003, en paralelo a su vínculo ambivalente con Cibilla.

No obstante, todo cambiaría para ambas con la llegada de otra mujer a la vida de Maradona, Adonay Fruto, la cubana que terminó por hacer público su romance con el deportista.

Tras ello, y sabiendo que él también recibía a otras mujeres en su residencia en La Pradra, Mavys puso fin a la relación pero en buenos términos. Tanto así que en 2004, en medio de un viaje de Maradona a Cuba para un nuevo tratamiento de rehabilitación, la joven lo fue a visitar.

En ese entonces, se dice que ambos compartieron en los rincones del centro de salud y mantuvieron una charla que duró por horas, en la cual pudieron sacar en limpio los temas pendientes de su relación y seguir adelante cada uno por su lado.

Diego y Mavys | Teleshow – Infobae