Liam Neeson ya tiene 69 años y una carrera que lo ha convertido en una leyenda del cine, que pese a que ya casi llega a los 70 años, se mantiene vigente en Hollywood.

Originario de Irlanda, comenzó su carrera con pequeñas participaciones en films como “The Bounty” junto a Mel Gibson y Anthony Hopkins o “La Misión” con Robert de Niro, pero la fama mundial no llegó hasta 1993.

Ese año, Neeson se convirtió en una estrella de Hollywood gracias a Steven Spielberg y el personaje de Oskar Schindler, protagonista de la premiada película “La Lista de Schindler”.

El papel le dio su primera nominación al Óscar, los Globos de Oro y el Bafta. Aunque no ganó, el actor vio como su carrera iba sólo en subida, con roles como el de Qui-Gon Jinn, el caballero y maestro jedi en “Star Wars: La Amenaza Fantasma”. Sin embargo, su carrera ha dado un giro impresionante y se ha transformado en un héroe de acción que es capaz de llevar tanta gente al cine como las más nuevas estrellas del espectáculo.

Aunque detrás de su performance como “Bryan Mills” y otros papeles de acción que ha tomado durante los últimos años, se esconde una tragedia que lo acompaña hace 13 años, cuando vivió uno de los momentos más tristes de su vida.

Liam Neeson, un hombre enamorado

Liam nació en Irlanda del Norte, donde comenzó su carrera como actor a través del teatro, aunque esta no fue la primera profesión que intentó realizar. Antes estuvieron el fútbol y el boxeo, aunque también manejó por 18 meses un montacarga mientras trabajaba en una fábrica de Guinnes, contó a Esquire.

Sin embargo, la actuación era su verdadera pasión. Fue precisamente a través de este trabajo que conoció a la actriz Natasha Richardson, popular mundialmente gracias a su papel como madre de Lindsay Lohan en “Juego de Gemelas” y parte de una de las dinastías más conocidas de Reino Unido: los Redgrave, compuesta por famosos como el cineasta sir Michael Redgrave (su abuelo), la actriz Vanessa Redgrave (su madre) o Joely Richardson, la protagonista de “101 Dálmatas”.

La pareja se conoció en 1993, uno de los mejores años de Neeson. No sólo había sido nominado al Óscar por su papel como Oskar Schindler, sino que su carrera se elevaba al estrellato de Hollywood. Pero eso no impidió que dejara el teatro. De hecho, protagonizó “Anna Cristie”, obra donde encontró al amor de su vida, Natasha.

Su relación fue tan fuerte que la actriz se divorció del productor Robert Fox, con quien estaba casa al momento de conocer a Liam.

Aunque antes había estado con otras famosas como Hellen Mirren, Julia Roberts e incluso Cher, el intérprete se enamoró perdidamente de Richardson, con quien más tarde volvió a trabajar -esta vez para la pantalla grande- en “Nell”. Finalmente se casaron el 3 de julio de 1994, según consignó El Mundo.

El matrimonio se realizó en la casa que eligieron para vivir en las afueras de Nueva York, con un festejo que incluyó una gran sorpresa por parte de la novia que cantó “Crazy Love” de Van Morrison, tema que ambos habían escogido como su “canción de bodas”.

“Después de la ceremonia, todos íbamos a entrar para comenzar los festejos, y ella agarró el micrófono y comenzó a cantar. Yo quedé en estado de shock”,recodó el intérprete, según el diario destacó La Nación.

La pareja mantenía una de las relaciones más consolidadas de Hollywood, realizando constantes apariciones públicas en las que incluso eran acompañados por sus hijos, Michaél y Daniel, que nacieron sólo unos años después de que Neeson y Richardson se unieran en el altar.

Sin embargo, la felicidad nunca es para siempre y es algo que Neeson se grabó a fuego cuando recibió una llamada en marzo de 2009 y todo se transformó para él.

El accidente que cambió todo

En 2009, Liam Neeson disfrutaba del éxito de la primera entrega de “Taken”, donde interpretaba a Bryan Mills, un ex agente del gobierno estadounidense que iba en busca de su hija secuestrada por una mafia albanesa que la vendería como prostituta.

El actor vivía uno de sus mejores momentos, estaba rodando “Chloe” en Toronto cuando recibió la llamada de su esposa, quien practicaba esquí en el monte Tremblant, a 130 kilómetros de Montreal en Canadá.

La actriz le comentó al teléfono que había tenido una fuerte caída en la nieve dura, restándole importancia al accidente, indicando que incluso se negó a recibir la asistencia médica propuesta por su instructor.

Lamentablemente, luego de esto Richardson comenzó a tener fuertes dolores de cabeza, por lo que un equipo médico la trasladó a un hospital de Montreal, mientras que Neeson volaba desde Toronto para ver a su esposa tras enterarse de la real gravedad del accidente.

A las pocas horas llegó al hospital donde una enfermera lo reconoció y orientó. “Me dijo dónde estaba y me encontré con un doctor que parecía no tener más de 18 años que me informó lo peor. Me mostró la radiografía de su cráneo aplastado. Yo sabía lo que significaba eso”, consignó Infobae.

La pareja se había comprometido a desconectarse si alguna vez entraban en un estado vegetativo, según confesó a Anderson Cooper en “60 Minutes”. El actor comentó “le dije ‘Mi amor, no vas a salir de esta. Te partiste la cabeza. No sé si me escuchas, pero eso es lo que pasó. Así que te vamos a llevar a Nueva York. Y va a venir toda tu familia y amigos’. Y eso fue más o menos todo”.

El actor viajó a Nueva York con sus hijos y su esposa en estado vegetal para que su familia se pudiera despedir de Natasha en el hospital Lenox Hill de Manhattan, donde falleció el 18 de marzo de 2009 dejando a Liam y sus hijos.

La superación a través del trabajo

En una entrevista que aplazó por 18 meses con Tom Chiarella, para Esquire, el actor confesó que se refugió en el trabajo para sobrellevar su duelo, en el que también debía criar a sus pequeños de 12 y 13 años, tarea en la que le ayudó su suegra, Vanessa Redgrave.

“Creo que sobreviví escapándome al trabajo. Sé cuántos años tengo y que estoy a una lesión en el hombro de perder papeles como el de “Taken”. Así que me quedo con el entrenamiento, me quedo con el trabajo. Eso es lo extraño del dolor: no te permite prepararte. Crees que vas a llorar y terminar de una vez. Haces planes, pero nunca funcionan”, añadió.

Aunque también el alcohol habría sido un escape para el actor, que luego declaró a GQ que “dejé de tomar porque me di cuenta que era demasiado. Empezó cuando murió Tasha. Nunca en el trabajo… pero en la noche fácilmente podía tomar dos o tres botellas de Pinot y creer que estaba todo bajo control”, reconoció.

El actor volvió a encarnar a Bryan Mills para “Taken II” donde nuevamente dio vida al ex agente que buscaba vengarse y ajusticiar la pérdida de los suyos, algo que ha caracterizado todos sus papeles desde la muerte de su esposa.

“Love Actually” fue uno de los primeros. Pese a que ya había encarnado a un hombre viudo, cuando interpretó a Daniel, un padrastro que debía guiar a su hijo mientras vive el duelo por la muerte de su esposa, la experiencia fue estremecedora, especialmente por el poco tiempo que había pasado de la partida de Natasha.

Desde entonces todos sus papeles tuvieron un fuerte vínculo con la muerte de un ser querido.

Fuera para ajusticiar la muerte de su hijo en “Venganza bajo cero” o para lidiar con la partida de un familiar, en “Viudas”, el actor mantiene una fuerte relación con este tipo de personajes, expresando allí el dolor del duelo que aún vive por Richardson.

Aunque el mayor homenaje a Natasha lo realizó a través de “Made in Italy”, un film en el que junto a su hijo Michéal Richardson rinden tributo a la actriz con un drama muy parecido al de sus vidas, destacó la revista Hola!.

Liam y Michéal -quien cambió su apellido a Richardson como su madre- interpretan a un padre e hijo que viajan desde Londres a La Toscana, en Italia, para vender la casa donde compartieron como familia con la difunta esposa del protagonista.

El drama los unió luego de que pasaran por difíciles momentos, ya que tras la muerte de Richardson, el mayor de sus hijos encontró en las drogas un escape.

El actor comentó a GQ: “Ser un padre soltero no siempre fue fácil, y Micheál tuvo algunos problemas de adicciones, que superó. Están aprendiendo… y a veces toman rutas peligrosas. Ahí pienso: ‘Carajo, si Tasha estuviera acá, podría entender esto”.

Añadió: “Pero estamos bien. Las drogas son una preocupación para todos los padres. Son como un virus… Un adolescente prueba y de pronto queda atrapado, y eso cambia su vida y la de su familia para siempre. Confío en ellos y son chicos sensibles, pero hay veces en que la química no funciona”.

El actor que acaba de estrenar “The Ice Road” -su primer film para Netflix con un corte de acción que nuevamente lo propone como héroe de acción a sus 69 años-, nunca ha dejado de hablar de su esposa.

En 2016 publicó a través de sus redes sociales: “Dicen que lo más difícil del mundo es perder a alguien a quien amas. Mi esposa murió inesperadamente. Ella me trajo tanta alegría. Ella era mi todo”.

El actor volvió a referirse a ella indicando que “Esos 16 años de ser su esposo me enseñaron a amar incondicionalmente. Tenemos que detenernos y estar agradecidos por nuestros cónyuges. Porque, un día, cuando levantes la vista de tu teléfono, ya no estarán allí. Lo que realmente aprendí sobre todo es vivir y amar todos los días como si fuera el último. Porque, algún día, lo será” recogió US Weekly.

Estas reflexiones junto a su trabajo son formas en las que constantemente la ha llevado en su vida, manteniendo vivo el recuerdo de Natasha, el amor de su vida.