El médico que atendió e intentó salvar la vida de la princesa Diana de Gales (36) luego del fatal accidente que sufrió en Paris en agosto de 1997, entregó detalles sobre ese día y reveló que un desconocido quiso comprarle sus zapatos que estaban bañados de la sangre de la madre de los príncipes Harry y William.

Se trata de MonSef Dahman, de 56 años, quien ese día fue convocado al Hospital Pitié-Salpêtrière de la ciudad francesa para atender, relata, a una “joven mujer” que había sufrido un accidente de tránsito.

El accidente de Diana, que ya se había divorciado del príncipe Carlos e hijo de la reina Isabel II, ocurrió cerca de la medianoche en el Puente del Alma en París, cuando junto a su pareja era perseguida por paparazzis. El resultado fue su muerte, la de él y la del conductor del vehículo.

“Estaba descansando en la sala de servicio cuando recibí una llamada de Bruno Riou, el anestesista principal de servicio, diciéndome que fuera a la sala de emergencias”, dijo al medio británico Daily Mail. Él no sabía que se trataba de una de las mujeres más populares del mundo.

Era Lady Di

No fue hasta que llegó a la sala de urgencias que el médico, en ese momento de 33 años, notó que debía salvar la vida, nada más ni menos, que a la princesa Diana de Gales. Luchó, dice, duro para salvar su vida.

En el recinto asistencial, Lady Di fue sometida a radiografías que evidenciaban una grave “hemorragia interna” que fue eliminada con un drenaje de su tórax, que no detuvo la hemorragia. Para ese entonces, a las dos de la madrugada y en medio de una abismal pérdida de sangre, la mujer ya iba por su segundo paro cardíaco.

En una intervención, también de urgencia, notó que su músculo pericardio había resultado dañado. Para ese entonces, habían sacado de su cama al mejor cirujano cardíaco de París, el médico Alain Pavie, quien decidió realizar otra exploración quirúrgica para saber de dónde provenía la pérdida de sangre. Era, según contó, un desgarro en la vena pulmonar superior izquierda, que fue subsanada. No obstante, ya era tarde.

El corazón de Diana ya había dejado de latir y, a pesar de los persistentes esfuerzos médicos, no lograron reanimarla. “Probamos descargas eléctricas, varias veces y, como había hecho en la sala de emergencias, masaje cardíaco”, recordó el especialista. Insistieron hasta por una hora.

“No pudimos salvarla. Y eso nos afectó mucho”, agregó luego.

Zapatos con “sangre azul”

Fue al día siguiente, luego de toda la repercusión que generó el deceso y mientras la seguridad del hospital intentaba luchar contra las infiltraciones, que se encontró con un desconocido mientras caminaba.

La persona, a quien no identifica en el relato, apuntó hacia sus zapatos (o zuecos), que todavía tenían la sangre de la princesa.

“Ah, tus zuecos, me interesan. Quiero comprártelos. Tienen el sang bleu (sangre azul o real) en ellos”, le dijo.

El médico, por cierto, se negó y luego limpió la sangre que había en ellos.

El episodio, reconoció, marcó su carrera y su vida. “El pensamiento de que has perdido a una persona importante a la que querías, te marca toda tu vida”, afirma.

Agrega que “cuando es una princesa y sigues su funeral junto con miles de millones de otras personas, y has intentado salvarla, obviamente eso te marca. Te marca toda tu vida. Porque es tan terrible que esta hermosa persona haya tenido un final tan trágico”.

El engaño, una polémica

Casi dos años antes de su muerte, Diana de Gales había concedido la entrevista del siglo al periodista de la BBC Martin Bashir. Esa entrevista, según se conoció recientemente, fue conseguida mediante engaños.

El hermano de Diana, Charles Spencer, había afirmado que Bashir le mostró extractos de cuenta, que resultaron ser falsos, que desmostraban que los servicios de seguridad pagaban a dos personas de la corte para espiar a su hermana. Eso fue lo que le llevó, según él, a presentar el periodista a Lady Di.

En la conversación emitida en el programa Panorama, vista por más de 20 millones de británicos, la mujer se sinceró sobre la ruptura de su relación, habló del amorío de su esposo con Camilla Parker Bowles y aceptó haber sido infiel durante su matrimonio.

Según William, la entrevista contribuyó a deteriorar aún más la relación entre sus padres y “avivó el miedo, la paranoia y el aislamiento de los últimos años” de vida de Diana. Harry, en tanto, estableció un vínculo entre la muerte de su madre y “el efecto dominó de esta cultura de explotación y prácticas contrarias a la ética”.

Bashir, entrevistado por el Sunday Times, dijo que “lo lamenta profundamente” por los hijos de la princesa, Harry y William. “Nunca quise perjudicar a Diana de ninguna manera, y no creo que lo hayamos hecho”, declaró al periódico.