La familia real británica es sin duda la que más interés despierta en el mundo. Sus integrantes, incluso los más jóvenes, acaparan titulares en todas partes y sus historias, escándalos y romances son seguidos con atención por el público.

Sin embargo, hay una duda que permanece en la mente de muchas personas. Considerando que los miembros de la realeza cuentan con una enorme fortuna y además gozan de los privilegios de los impuestos, ¿qué hace en su día a día?

Pese a que muchos creen que sus vidas giran en torno a las vacaciones y las fiestas, lo cierto es que la gran mayoría de ellos mantienen una agenda bastante ocupada.

Comencemos con la mismísima Reina Isabel II. Si bien la pandemia de coronavirus obligó a que la monarca tuviese que bajar considerablemente su cantidad de tareas cotidianas, lo cierto es que en un año ella fácilmente participa en más de 300 compromisos, a pesar de tener 94 años.

¿En qué consisten todos estos compromisos?, se preguntará usted. A pesar de que la Reina debe permanecer neutral en temas políticos y ni siquiera puede votar, ella sigue siendo la jefa de Estado, por lo cual tiene un rol en el gobierno británico.

Debido a esto debe estar enterada de todo, recibir semanalmente visitas del Primer Ministro de turno y abrir cada sesión del Parlamento, según explica el diario Independent.

Además, para que cualquier legislación del Parlamento se convierta en ley, requiere del sello de aprobación de la Reina (Royal Assent), el cual no ha sido negado desde 1707, “cuando la reina Ana rechazó un proyecto de ley que habría recreado a la milicia escocesa después de que Inglaterra y Escocia se unificaran formalmente”.

Asimismo, Isabel II es Jefa de las Fuerzas Armadas y gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra, por lo tanto también debe encabezar numerosas ceremonias militares y reuniones con arzobispos, obispos y decanos.

Por otra parte, también suele entregar personalmente títulos honoríficos a ciudadanos destacados, nombrándolos Dame o Sir, entre otros. El último de ellos tuvo lugar el pasado 3 de marzo, donde la monarca debió utilizar guantes por primera vez en décadas producto del coronavirus.

Junto a todo esto, también dedica tiempo a una gran cantidad de organizaciones de caridad que ella amadrina, las que llegaron a ser más de 600 en su momento. No obstante, debido a su avanzada edad, cedió algunas de estas al resto de familia incluyendo a Meghan Markle.

Carlos, el trabajador

Luego que el esposo de la Reina, el príncipe Felipe, se retirara de la vida pública en 2017, fue su hijo el príncipe Carlos y su nieto el príncipe William, quienes absorbieron la mayor parte de sus compromisos.

Ambos también se repartieron algunas labores de la monarca para liberar un poco su agenda, debido a su avanzada edad. Los dos asumieron labores vinculadas a las relaciones exteriores y viajes diplomáticos, pues después de todos son los siguientes en linea al trono.

De hecho, Carlos fue el miembro de la familia real que más trabajó el año pasado sumando 521 eventos públicos, superando así a su hermana Anne, quien acumuló 501 compromisos.

A ellos le siguieron el hijo menor de Isabel II, el príncipe Edward, quien asistió a 308 eventos. Por su parte, y antes de tener que retirarse de la vida pública producto del escándalo con Jeffrey Epstein, el príncipe Andrew aportó con 274 compromisos.

Los populares duques de Cambridge, William y Kate, sumaron 220 y 116 respectivamente; mientras que el príncipe Harry, antes de dar un paso al costado como miembro de alto rango de la familia real, asistió a 201 eventos, mientras que Meghan Markle fue sólo a 83.

En estos casos hay que recordar que ambas parejas tienen hijos pequeños, por lo cual intentan balancear el trabajo y la familia lo mejor que pueden.

¿Y qué hacen?

La labor de todos ellos es asistir a compromisos a los que la Reina no puede acudir, especialmente aquellos de caridad.

“Cuando se llevan a cabo eventos oficiales como recepciones, banquetes estatales y fiestas en el jardín, la Familia Real apoya a La Reina para que sus invitados sean bienvenidos”, explican en su página web.

“Los miembros de la Familia Real también a menudo representan a la Reina y a la nación en la Commonwealth u otros países, en eventos como funerales estatales o festividades nacionales, o mediante visitas más largas para fortalecer las relaciones diplomáticas y económicas de Gran Bretaña”, agregan.

En total, la familia real suele ir al año a alrededor de 2.000 eventos, donde comparten con más de 70.000 invitados en total. Asimismo responden a 100.000 cartas y apadrinan a más de 3.000 organizaciones de caridad, además de mantener las creadas por su cuenta.

William, Harry y Kate crearon, por ejemplo, Head togethers para crear consciencia sobre la salud mental. En tanto, el príncipe Carlos fundó The Prince’s Charities Foundation, la que reúne organizaciones para ir en ayuda de jóvenes desfavorecidos, educación, negocios sustentables, regeneración de patrimonios y cuidado del medio ambiente.

Eso sí, hay que destacar que los eventos no se trata sólo de asistir y compartir con los invitados, ya que cada representante debe prepararse y documentarse adecuadamente, así como encontrar el discurso perfecto para cada ocasión, y medir sus palabras porque están siendo monitoreadas por todo el mundo y deben mantenerse siempre neutrales en temas polémicos.

Basta con recordar la polémica surgida cuando Meghan hizo un comentario sobre estar complacida con los resultados del referendum que despenalizó el aborto en Irlanda, en 2018.

Trabajos normales

Pero si usted cree que ninguno de los llamados “royals” tiene un trabajo normal y con horarios establecidos, está en un error. Existen algunos de ellos que además de tener labores menores dentro de la realeza, también tienen o tuvieron un empleo formal.

El príncipe Edward, el hijo menor de la Reina, por ejemplo, fue parte de la compañía de teatro de Andrew Lloyd Webber; mientras que su esposa, Sofía de Wessex, trabajó en una agencia de relaciones públicas.

Los nietos de la Reina, por su parte, también encontraron ocupaciones destacadas. La princesa Beatriz es vicepresidenta de una empresa de software; la princesa Eugenia es la directora de una galería de arte; Peter Phillips fundó una agencia de deportes y entretenimiento y Zara Tindall es una campeona ecuestre.

Además, antes de embarcarse por completo en su trabajo para la familia real, el príncipe William fue piloto de ambulancia aérea. Mientras que Harry estuvo en las Fuerzas Armadas.