Un momento curioso se vivió la mañana de este miércoles mientras la reina Isabel II saludaba a Donald Trump y su esposa Melania en el Palacio de Buckingham.

Resulta que mientras la monarca recibía al presidente de Estados Unidos y a la Primera Dama, la hija de la Reina, la princesa Ana, se quedó en la entrada con un grupo de personas. Todo bien hasta ahí…

Lo raro empieza luego que Isabel II estrechara la mano del mandatario.

Mientras los norteamericanos saludaban al príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles, la Reina miró al lugar donde estaba su hija e hizo un gesto para que aparentemente se acercara.

Sin embargo, la princesa real no le hizo caso y respondió encogiéndose de hombros, lo que desató algunas risas entre los presentes.

Según afirmó a Daily Mail la experta en lenguaje no verbal Judi James, el comportamiento de Ana, se debería a que le pidieron no avanzar hasta que los Trump hubiesen pasado por el saludo protocolar.

“El grupo parece estar riéndose juntos y Ana parece estar riéndose con ellos desde la entrada, lo que llevó a la Reina a intentar saludarla, ya sea para unirse a ellos o para ser la próxima en pasar”, teorizó.

“El encogimiento de hombros de Ana a su madre sugiere que no se iba a mover de su lugar, con lo que habría querido implicar que los Trump debían seguir con su camino para que ella pudiera tomar su lugar”, añadió.

Daily Mail
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Sin embargo, a pesar de las especulaciones de la experta, en redes sociales el video fue interpretado como que la princesa no quería formar parte del encuentro entre Trump y la familia real.

Recordemos que la princesa Ana es la integrante de más bajo perfil de la familia real, quien incluso rechazó títulos reales para sus dos hijos. Además es conocida por tener un carácter frontal y hablar sin rodeos de lo que le molesta.