En septiembre de 1984, una feliz princesa Diana de Gales daba a luz al segundo de sus hijos, el príncipe Harry, quien se convertiría en el joven más rebelde de la familia real, pero que pasados sus 30 años sería el fiel reflejo de su progenitora.

Harry, quien perdió a su madre cuando tenía sólo 12 años, se enfrentó desde que nació a los medios de comunicación, que se transformarían en su mayor enemigo y no sólo por la muerte de su madre, sino que las circunstancias en las que se encontrarían después junto a su esposa, Meghan Markle.

Sin embargo, con el paso de los años, el rudo y rebelde Harry maduró y ahora utiliza su nombre y posición para continuar con la obra de Diana, su madre, y mostrar al mundo que él podía cambiar.

Una infancia mimada

Nació destinado a tener un puesto en la línea de sucesión de la corona británica, algo que Diana de Gales tuvo presente desde que él nació y quizás fue esa la razón por la que le apodó GKH, Good King Harry (Buen Rey Harry), considerando que él podría tomar la corona si su hermano mayor no la aceptara.

Sin embargo, el experto en realeza británica, Robert Jobson, declara en Vanity Fair que este detalle revelaría que Diana consideraba que Harry tendría un mejor humor para tomar el reinado, a diferencia de William, añadiendo “o simplemente, que para ella, aunque no fuera el futuro heredero, él era su rey”.

Aunque el rumor dice que el apodo también sería porque el príncipe William a menudo manifestaba que no quería ser rey de Inglaterra, a lo que Harry respondía “si no quieres el trabajo, lo haré yo”.

Pese a tener una clara diferencia en la línea sucesoria a la corona, esto nunca generó una desigualdad entre los hijos de Diana, quien los trató con el mismo cariño y atención a ambos, lo que siempre se pudo ver públicamente, cuando disfrutaban junto a su madre.

Lamentablemente, la infancia de Harry no siempre fue feliz, ya que el príncipe vivió la dura separación de sus padres, Carlos y Diana en 1992, quienes finalmente en 1996 se divorciaron, destaca ABC.

Un niño triste frente al mundo

El 30 de agosto de 1997 el mundo se conmocionó con la muerte de la princesa Diana en un accidente automovilístico junto a su pareja Dodi Al-Fayed en París.

En ese momento, el príncipe de 12 años se enfrentó a la dura pérdida de su madre caminando cabizbajo y en silencio junto a los hombres de su familia tras el ataúd de la princesa, mientras esta escena era transmitida al mundo a través de la televisión, lo que le generaría un profundo trauma.

En entrevista con Newsweek, Harry comentó el difícil momento que vivió, indicando “mi madre acababa de morir y yo tuve que caminar un largo trecho tras su ataúd, rodeado por miles de personas que me miraban, al mismo tiempo que millones lo veían por televisión”, destacó Huffington Post.

Añadiendo, respecto del trayecto de media hora que realizó, “no creo que se deba pedir a un niño hacer eso, sean cuales sean las circunstancias. No creo que eso mismo pudiera volver a suceder en la actualidad”.

Un rebelde en la Familia Real

Posterior a la muerte de Diana, Harry entró en su adolescencia y se convirtió en el “niño rebelde” de Reino Unido.

Fue en este periodo cuando pudimos ver a Harry en su etapa más oscura. A los 17 años fue capturado por los fotógrafos consumiendo marihuana, bebiendo y teniendo discusiones con los paparazzi que lo perseguían a la salida de los pubs que frecuentaba, consigna ABC, por lo que su padre lo envió a reuniones de adictos anónimos para que lo superara rápidamente.

Aunque el peor momento fue cuando el diario sensacionalista The Sun publicó imágenes del príncipe disfrazado de oficial nazi, con el brazalete rojo en el que se podía apreciar una esvástica.

Las imágenes, que fueron tomadas durante una fiesta cuando el joven tenía 20 años, generaron un profundo rechazo en la comunidad europea, lo que generó que el príncipe tuviera que pedir disculpas públicas.

“Lo siento mucho si he causado alguna ofensa o vergüenza a alguien. Fue una mala elección de disfraz y me disculpo” indicó en un comunicado que emitió Clarence House, la residencia oficial de su padre y heredero al trono, Carlos de Inglaterra, donde él vivía en esos años, destacó El Mundo.

Sin embargo, esa no fue la única locura de Harry, puesto que en 2012 el portal TMZ publicó fotos del hijo de Diana desnudo junto a una joven, cuya identidad es desconocida, mientras participaba de una fiesta en Las Vegas, justo cuando comenzaba a dejar atrás su fama de fiestero.

La rebelde actitud del príncipe habría obligado a su abuela, la reina Isabel II, a enviar a su nieto a la Real Academia Militar de Sandhurst para que se convirtiera en un oficial del ejército británico, comentó ABC.

Su paso por la academia fue exitoso, aunque su intención de ir a la guerra generó críticas en Reino Unido considerando su posición en la línea de sucesión, a lo que él indicó “no voy a someterme a Sandhurst si luego me llevan a casa mientras mis chicos están luchando por su país fuera”.

Pese a las amenazas de grupos terroristas como Al Qaeda, Harry acudió a luchar con sus compañeros en Afganistán, siendo el primer miembro de la Familia Real Británica en zona de guerra tras su tío, el príncipe Andrés, quien estuvo en la Guerra de las Malvinas como piloto de helicópteros.

Sin embargo, los escándalos seguían asociados a él, por lo que la Casa Real comenzó a limpiar su imagen en un trabajo que comenzó a recordar el compromiso humanitario de su madre y que ha mostrado su mejor lado.

Reconocer y avanzar

En el marco del aniversario número 20 de la trágica muerte de la princesa Diana, el príncipe dio una entrevista en la que reconoció haber vivido un “caos total” a sus 20 años, así como haber asistido al psiquiatra por consejo de su hermano, el príncipe William, quien le rogó que buscara ayuda para superar el trance que había generado la muerte de su madre, lo que él realizó.

Según ABC, el joven de 32 años en ese momento admitió que la muerte de Lady Di le provocó ansiedad y recurrió al boxeo para aliviar la agresividad que tenía en su interior, indicando: “Mi forma de lidiar con ello fue escondiéndome, negándome a pensar en mi madre, ¿por qué me ayudaría eso? Durante esos años practiqué el boxeo, porque todo el mundo me dijo que era bueno para mí y era una buena manera de canalizar la agresividad”.

El ahora Duque de Sussex, a sus 35 años se muestra como el fiel reflejo de su madre, lo que se revela en las causas humanitarias a las que apoya, así como su comportamiento desde que se unió a la actriz Meghan Markle.

Hace cinco años lanzó su proyecto más ambicioso, los Juegos Invictus, una competencia que se realiza entre veteranos de guerra que hayan sufrido heridas en el proceso.

El evento, donde también realizó su primera aparición pública con Meghan Markle, es el que más orgullo da al príncipe, quien declaró que trabajar con heridos de guerra “ha sido uno de los mayores honores de mi vida” consignó Hola.

En el último aniversario de los #InvictusGames el príncipe indicó en un discurso: “Hoy se cumple el quinto aniversario de los #InvictusGames! Estos Juegos han hecho posible que miles de militares y mujeres heridos recurran al deporte para rehabilitarse a ellos mismos y a quienes los rodean, mientras inspiran a personas de todo el mundo”, manifestándose conmovido por la organización que ha realizado juegos no sólo en Londres, sino que también en Orlando, Toronto y Sydney.

Pero sin duda, la gran imagen que ha vuelto a reflotar la comparación con el trabajo de su madre por causas humanitarias alrededor del mundo fue la que protagonizó hace unas semanas en Angola.

El príncipe, que viajaba en una gira de nueve días por África junto a Meghan Markle y el pequeño Archie, acudió al Municipio de Huambo, donde -tal como lo hizo su madre 22 años antes- pasó por una zona que esta vez estaba libre de minas antipersonales, gracias al legado que dejó Lady Di.

Recordemos que la princesa posó frente a los fotógrafos paseando por un campo con minas antipersonales con el objetivo de erradicarlas de la zona, lo que dio la vuelta al mundo y puso el foco en esta importante labor.

De esta forma, Harry confirma que dejó atrás al chico rebelde, siendo parte de importantes labores humanitarias e incluso, uniéndose a su hermano, el príncipe William y cuñada, Kate Middlenton, para lanzar la iniciativa “#EveryMindMatters” (Cada Mente Importa).

La campaña tiene por objetivo ayudar a las personas a tomar medidas simples para cuidar su salud mental, mejorar su bienestar, pero también apoyar a otros a través de una plataforma web a la que pueden acceder los ciudadanos británicos para recibir consejos personalizados para mejorar sus problemas en esta área, destaca Vanity Fair.

Los duques han aportado con su voz para apoyar la iniciativa del servicio público de Reino Unido, una causa a la que están profundamente ligados y que ocupa parte importante de su agenda pública.