Diana de Gales siempre estuvo en el foco de la prensa y los paparazzis, sobre todo cuando se anunció oficialmente su divorcio del príncipe Carlos en 1996, pues todos querían saber cuáles serían los siguientes pasos de la otrora ‘reina de corazones’.

En los meses previos a su muerte, la princesa de Gales había comenzado a salir con Dodi Al-fayed, el hijo mayor del empresario multimillonario egipcio, Mohamed Al Fayed, por lo que conseguir una captura de sus románticas escapadas era la ‘misión imposible’ para decenas de reporteros gráficos.

Uno de sus paseos más recurrentes eran las salidas en yate, y en una ocasión en el verano de 1997, específicamente julio, Dodi invitó a Diana y a sus hijos, los príncipes William y Harry, a pasar un rato en la nave al sur de Francia, consignó el medio británico Express.

Sin saber que esas serían sus últimas vacaciones, Diana estaba muy feliz de poder tener un tiempo de calidad junto a sus hijos, pese al asedio constante de la prensa. Fue precisamente en este contexto que un día Lady Di decidió que era suficiente, principalmente por una dolorosa petición de su hijo mayor.

Patrick Hertzog | AFP

En el documental de 2007, Diana: los últimos días de una princesa, el fotógrafo real Arthur Edwards, reveló una fuerte experiencia que vivió cara a cara con ella.

“De repente, ella bajó unos escalones y rápidamente se acercó hacia donde estábamos. Recuerdo haber levantado la cámara y ella dijo ‘sin fotos’”, recordó el hombre.

Y agregó: “Parecía que ella quería hablar con nosotros. Ella se acercó y me dijo ‘¿Por qué estás aquí?’, a lo que yo contesté ‘Porque estás aquí, señora’“.

Fue cuando la princesa se quebró y con los ojos llorosos hizo una confesión que lo dejó sin palabras. “William me acaba de decir que dejara Inglaterra y me fuera a otro lugar“. Esa declaración, reconoció Arthur, caló hondo en él y con el tiempo comenzó a estresarlo, pues pensó: “No quiero ser la razón por la que ella va a vivir en el exilio“.

Esta probablemente fue una de las tantas situaciones que tuvieron que enfrentar Diana y sus hijos, cuando ella solo pretendía tener un tiempo en familia, tomando en cuenta que Carlos la había privado de sus derechos al quitarle el título real.

El acoso mediático tenía cansado a William, él no quería ser el centro de atención y obviamente deseaba que su madre estuviera en paz, y por eso le propuso que viviera fuera de Inglaterra para que así pudiera estar más tranquila.