El actor estadounidense George Clooney instó este martes a la comunidad internacional a rastrear el dinero sucio proveniente de Sudán como medida de presión para que la junta militar en el poder cambie su posición frente a las protestas.

En un editorial firmado conjuntamente con el activista de derechos humanos John Prendergast, el actor afirma que los generales “que saquearon el país con impunidad durante treinta años” temen perder privilegios en caso de un acuerdo de gobernabilidad con los civiles.

Omar al Bashir, quien dirigió Sudán con mano dura durante tres décadas, fue derrocado el 11 de abril por un golpe del ejército a raíz de un levantamiento popular. Militares y civiles iniciaron discusiones sobre el período de transición, pero no llegaron a un acuerdo.

Las manifestaciones continuaron y se tornaron en violencia cuando las autoridades decidieron dispersar una sentada en Jartum el 3 de junio. La represión dejó decenas de muertos.

Según su texto publicado el martes en el portal Politico, los dos estadounidenses afirman que las milicias Janjawid están implicadas en las atrocidades en el Darfur sudanés -más de 300.000 muertes desde 2003- y en la represión de las manifestaciones la semana pasada.

La organización The Sentry, confundada por Clooney y Prendergast y que investiga a los “criminales de guerra” en África y particularmente en la región de Darfur, detectó operaciones de lavado de dinero iniciadas desde Sudán al mismo tiempo que la crisis recrudecía, señala el texto.

“La congelación y la incautación de algunos de esos activos, y el bloqueo de algunos de estos funcionarios del sistema financiero internacional, sería un medio de presión muy importante y no utilizado para la paz y los derechos humanos”, continúa el editorial.

“Al generar consecuencias financieras significativas para los líderes del régimen y sus colaboradores, los diplomáticos de África, Europa y Estados Unidos podrán repercutir en el cálculo de costo-beneficio de los generales de Jartum”, escribieron Clooney y Prendergast.

A juicio de ambos, los llamados de emisarios estadounidenses -incluido el secretario de estado adjunto para África, Tibor Nagy, que visitará Jartum esta semana- “caen en oídos sordos” si no se acompañan con acciones que golpeen los bienes de los generales.

Pese a las críticas de Occidente a la violencia del régimen, los generales siguen siendo apoyados por los países árabes del Golfo, así como por China y Rusia, aseguran.