Las tradiciones son muy importantes para la realeza inglesa y durante siglos los miembros de la familia real se han encargado de mantenerlas y traspasarlas de generación en generación.
Aunque algunas han cambiado o se han adecuado a los tiempos, muchas de ellas se mantienen hasta el día de hoy, especialmente aquellas que tienen relación con los embarazos y nacimientos de los nuevos integrantes.
Aunque la princesa Diana modernizó algunas de las normas, como el dar a luz en un hospital en lugar de su palacio, hay otras que se han mantenido constantes hasta Kate Middleton.
Por ejemplo, el monarca de turno, en este caso la Reina Isabel II, debe ser informada primero sobre la noticia del embarazo y el nacimiento del niño/a, los bebés deben ser presentados al mundo a las pocas horas de su nacimiento y deben también usar un ajuar diseñado hace siglos.
Sin embargo, Meghan Markle quiere rebelarse a algunas de las estrictas normas y comenzar a manejar su vida de forma más libre. Desde que se casó con el príncipe Harry en mayo del año pasado, la actual duquesa de Sussex ya ha quebrantado varias normas y rumores indican que lo seguirá haciendo.
Revisa aquí algunas de ellas:
1. No dará a luz en Lindo Wing
En 1981 y debido a su complicado embarazo, la princesa Diana decidió dar a luz en el hospital St. Mary en Paddington, específicamente en el ala de maternidad Lindo.
También tuvo allí a Harry, y Kate Middleton siguió su ejemplo con sus tres hijos. Y es que el servicio que presta la maternidad es mucho más lujoso que un palacio.
La tradición, sin embargo, correría peligro pues al parecer Meghan Markle, la esposa de Harry, quiere agitar las cosas y optar por otro lugar para tener a su primer hijo.
Según han informado diferentes medios ingleses, la duquesa de Sussex estaría evaluando el hospital Frimley Park, que queda más cerca de su casa de campo y donde Sophie, la condesa de Wessex, tuvo a sus dos hijos.
2. Tuvo un Baby Shower
Una de las prohibiciones que tienen las futuras mamás de la familia real, es la posibilidad de celebrar la llegada de su bebé con un baby shower o realizar una fiesta para revelar el sexo del pequeño.
De hecho, estas fiestas son vistas como de “mal gusto” por el protocolo real, por lo que ni la princesa Diana ni Kate Middleton tuvieron uno.
Sin embargo, Meghan hizo caso omiso a dicha regla y asistió a una exclusiva celebración organizada por sus amigas más cercanas en Nueva York.
Al festejo asistieron celebridades como la abogada de derechos humanos, Amal Clooney y la tenista Serena Williams, además de su excompañera en Suits, Sarah Rafferty.
El viaje de Meghan fue bastante cuestionado, ya que se hospedó en una suite del hotel neoyorquino The Mark, el que tuvo un costo de 5.000 dólares por noche, algo así como tres millones de pesos chilenos. Además regresó a Reino Unido en un avión privado, lo que tampoco fue bien visto por el público.
Sin embargo, Meghan no podrá quedarse con los regalos que recibió y los que recibirá cuando nazca el bebé.
Según la observadora real Victoria Arbiter, esto se debe a que “no hay nada que no puedan comprar”, además si reciben regalos costosos quedan en una posición compleja y deben “respetuosamente” donarlos a la caridad.
Esto ya lo vivieron Kate Middleton y el príncipe William, quienes debieron donar gran parte de los millonarios obsequios que recibieron sus hijos, incluyendo algunos de los presentes que llegaron para la princesa Charlotte de 64 países, en su primer cumpleaños.
3. Un nuevo coche para el bebé
En 1926, y antes de convertirse en rey, Jorge VI y su esposa Isabel Bowes-Lyon, enviaron a fabricar un hermoso coche para su primera hija, Isabel.
Se trataba de un Silver Cross que luego pasó de generación en generación y sigue siendo utilizado hasta hoy. La Reina lo usó con sus hijos, nietos y bisnietos.
En los últimos años los príncipes George, Charlotte y Louis han paseado en él, pero al parecer la tradición llegará hasta allí, pues Meghan y Harry decidieron ir en otra dirección.
Así al menos lo aseguró el diario inglés Daily Mail, donde afirmaron que los duques de Sussex eligieron un coche que supera los 1.600 euros, es decir, sobre el millón doscientos mil pesos.
Se trata de un ejemplar de la famosa marca iCandy, y según consignan en el portal británico, el coche correspondería al modelo Peach, y habría llegado hace unos días al hogar de la pareja.
4. Viajes al extranjero
La norma dicta que las mujeres embarazadas deben evitar realizar viajes intercontinentales después del primer trimestre de gestación.
Si bien las futuras madres de la familia real siempre serán atendidas por los mejores médicos de cada nación a la que visiten, si el bebé nace en un país distinto podría causar complicaciones debido a su nacionalidad diferente.
Meghan no sólo se encontraba en medio de su gira por Oceanía cuando se dio a conocer la noticia del embarazo, sino que volvió a salir del país tras eso.
La duquesa visitó Estados Unidos, donde se realizó su baby shower y posteriormente fue a Marruecos, en compañía de su esposo.
5. Sexy look maternal
La moda es una forma de comunicación, por lo que la familia real elige con mucho cuidado cada una de las prendas que usará. Las mujeres embarazadas no están exentas de tener que cumplir este protocolo.
De partida, siempre deben usar colores suaves y evitar todo tipo de escote, norma que Meghan también rompió en varias oportunidades.
Durante su embarazo, la duquesa fue vista usando escotes, mostrando los hombros e incluso atuendos ajustados que le permitían mostrar las piernas.
Por supuesto, todo esto iba contra la tradición real.
6. La mamá de Meghan tendrá una gran participación
Una regla tácita de la familia real, es que los abuelos no cumplen un rol significativo en la vida de un niño. Sin embargo, esa tradición fue rota por la madre de Kate Middleton, Carole Middleton, quien ha estado cerca de los niños de la duquesa de Cambridge e incluso pasa la navidad con ellos.
Al parecer Meghan seguirá dicho camino, ya que su mamá, Doria Ragland, podría mudarse a Londres para estar cerca de su hija y el bebé.
Según una fuente de Vanity Fair, Ragland planea participar en el nacimiento de Markle y estar cerca de ella y del Príncipe Harry cuando críen al niño, algo que probablemente no será mucho del gusto de la Reina.