La princesa Diana tenía sólo 16 años cuando conoció al príncipe Carlos, quien por esos días cortejaba a Lady Sarah Spencer, la hermana mayor de Lady Di.

El príncipe era 13 años mayor que Diana, pero de inmediato se interesó en ella y tras algunas pocas semanas, iniciaron un romance que la convirtió en el objetivo más atractivo para la prensa.

Y es que por ese tiempo Carlos estaba por cumplir 30 años y la presión para que se casara y tuviera un heredero era enorme. En ese escenario Diana era su mejor opción, pues se trataba de una chica dulce, de buena familia y virgen.

Pese a que el hombre estaba enamorado de Camilla Parker Bowles, se casaron en 1981 con una boda de ensueño que escondió varios secretos de la no tan feliz pareja.

Harper's Bazaar
Harper’s Bazaar

Desde el primer día de su boda, la princesa Diana supo que las cosas no iban a ser fáciles. De hecho, Carlos llevó una colección de ocho libros a su luna de miel, donde durmieron en cuartos separados.

La constante presencia de Camila durante toda su relación, la presión de la estrictas normas reales y el interés mediático en su vida, llevó a Diana hasta un peligroso extremo que no logró controlar.

La princesa desarrolló bulimia y comenzó a autolesionarse para liberar la tensión. La llegada de sus hijos, los príncipes William y Harry, iluminó su vida, pero ésta ya no era la misma.

Fue en medio de esa oscuridad que Diana conoció a Barry Mannakee, un agente de seguridad que fue asignado para la protección de la princesa y sus dos hijos. El guardaespaldas la acompañaba durante casi todo el día y a todas partes, ganándose no sólo la confianza de Lady Di, sino que también su cariño.

Mannakee era 14 años mayor que Diana, estaba casado y tenía dos hijos. Sin embargo, fue cuestión de tiempo para que se enamorara de la princesa.

Aunque era sólo un año mayor que el príncipe Carlos, Barry tenía cabello canoso y estampa de James Bond. A mediados de los años 80, era común verlo en fotografías detrás de Diana o junto a William y Harry.

Daily Star
Daily Star

Aunque existían rumores de un romance entre Diana y Mannakee, estos nunca pasaron a ser más que eso. Todo cambió en 1992 cuando la princesa se refirió al tema, y aunque no dio nombres, confirmó que él fue el gran amor de su vida.

La princesa se sinceró sobre su relación con su coach vocal Peter Settelen, quien para ejercitar su elocuencia al hablar, grabó varias conversaciones con ella, por supuesto con su autorización.

Dichos videos dieron vida a un polémico documental de Channel 4, llamado Diana, en sus propias palabras.

“Cuando tenía 24 o 25 años, me enamoré profundamente de alguien que trabajaba en este ambiente. Pero lo echaron y luego él fue asesinado”, recordó. “No me es fácil de hablar de esto”, comentó.

“Eventualmente él se tuvo que ir y tres semanas después murió en un accidente de moto. Él fue el (amor) más grande que he tenido”, reconoció.

Channel 4
Channel 4

Un ¿accidente? fatal

En 1987, luego que las especulaciones del romance se hicieran más fuertes, el guardaespaldas fue transferido a un Escuadrón de Protección Diplomática, con sede en Londres. ¿La razón? La “inapropiada relación” con la princesa.

El editor del portal Royal Center Charlie Proctor explicó a The Sun Online que “si los oficiales de alto rango sospechan que hay una pequeña señal de familiaridad entre el agente y su encargado, ese oficial será reasignado a tareas de escritorio“.

Sin embargo, pocas semanas después del cambio, Mannekee falleció en un accidente que despertó varias teorías conspirativas.

La noche del 15 de mayo de 1987, el oficial regresaba a su casa en la moto conducida por su compañero Steven Peat, y donde él iba como pasajero. El vehículo chocó contra el auto de una adolescente de 17 años, que había conseguido su licencia de conducir meses antes.

Channel 4
Channel 4

Debido a la fuerza del impacto, Mannekee salió despedido y atravesó la ventanilla trasera del auto. Su espina dorsal se quebró en dos y murió a los pocos minutos en el lugar. Su compañero y la joven tuvieron lesiones leves pero lograron sobrevivir.

Tras el accidente se responsabilizó a la adolescente, quien habría frenado bruscamente provocando la colisión. Sin embargo, con el tiempo aseguró que fue presionada para admitir una responsabilidad injusta. “Siempre me preguntaré si otras fuerzas siniestras trabajaron esa noche. Aunque nunca podré probarlo, creo con convicción que no fui la causa de muerte de Barry Mannakee”, declaró en una oportunidad.

Las razones del accidente nunca se investigaron más allá y muchos efectivamente pensaron que se trataba de un asesinato para ocultar la relación entre él y Diana, quien incluso pensó en dejar a su esposo para irse con su guardaespaldas.

Lady Di junto a Barry Mannakee.
Lady Di junto a Barry Mannakee.

Un futuro que no pudo ser

En su conversación con Settelen, la princesa reconoció que estuvo profundamente enamorada y que incluso pensó en dejarlo todo e irse con él.

“Quiero decir, yo estaba dispuesta y feliz de abandonar todo esto, y en ese tiempo significaba mucho tener todo esto. Pensaba en marcharme y vivir con él, y él dijo que también pensaba que era buena idea”, recordó.

“Yo necesitaba a alguien que me dijera que estaba todo bien, y él me apoyaba en el sentido de que mentalmente me empujaba, me hacía salir y cumplir mis compromisos, porque yo solía hasta gritar en esta habitación”, explicó.

Si bien el príncipe Carlos creía firmemente en los rumores de la relación, jamás consiguió una prueba para culparla. “No debí haber jugado con fuego, pero lo hice y me quemé”, afirmó.

Channel 4
Channel 4

Diana sí fue clara al asegurar que su relación con Manakee nunca fue sexual, aunque sí tuvieron otro tipo de intimidad, pero que también lo veía como una figura paterna. “Me sentía como una pequeña niña frente a él todo el tiempo, desesperada por elogios, pero desesperada”, relató.

No obstante, mientras más se acercaban, más compleja se volvía la situación. “Todo se tornó muy difícil y la gente se volvió celosa e insidiosa, hasta que finalmente él se tuvo que ir. Tres semanas después, murió en un accidente”, dijo.

“Él me hizo vivir las emociones más grandes que he sentido. Eso fue realmente devastador”, finalizó.

Tras la muerte del guardaespaldas, la princesa intentó seguir con su vida, pero la pena se hizo evidente en su rostro. Aunque tuvo otros romances como con el médico Hasnat Khan y el empresario Dody Al Fayet, con quien murió en el auto, la figura de Mannakee siempre la mantuvo en privado.