La cantante estadounidense Bebe Rexha recibió una gran noticia en enero cuando se enteró que la habían nominado a los premios Grammy en la categoría Mejor Nueva Artista. Sin embargo, su felicidad se vio truncada luego de que ningún diseñador estuviera dispuesto a vestirla para asistir a la entrega, por ser talla 40 o M.
Ante esto, la estrella decidió descargar su molestia a través de una publicación de Instagram. “He conseguido que me nominen en los Grammy y es lo más genial que me ha pasado”, reconoció la artista de 29 años en un video. En las mismas imágenes, acusó que su “equipo contactó a algunos diseñadores y muchos de ellos no quieren vestirme porque soy demasiado grande. Literalmente, dicen ‘muy grande””.
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Parece un disparate que su talla M o 40 sea calificada como “talla grande”, pero los estándares de la moda de alta costura tradicional parecen ser demasiado estrictos al respecto.
“Si una talla seis (38) u ocho (40) es demasiado grande, entonces no sé… No quiero llevar su puto vestido. Porque es una locura. Porque están diciéndole a todas las mujeres del mundo que tienen más de una talla ocho que no son hermosas y no pueden llevar sus vestidos. A toda la gente que dice que soy muy grande, no quiero llevar sus putos vestidos”, continuó su alegato.
“¡Somos preciosas con cualquier talla! ¡Grande o pequeña! Y… mi trasero de talla ocho irá a los Grammys”, remarcó luego.
Pero el asunto no terminó ahí, pues efectivamente se presentó en la ceremonia de los Grammy, donde dijo haberse sentido como “una princesa”.
La estrella tras Meant to be llevó un hermoso vestido rojo de tul del diseñador Monsoori.
“Me siento como una princesa”, dijo Rexha al periodista de E! News, Ryan Seacrest. Y añadió: “Quería tener esta sensación”.
Aunque no se quedó con el Grammy, su presencia reivindicó la diversidad corporal, pues aprovechó el momento para enviarle un breve pero audaz mensaje a quienes se negaron a vestirla a través del medio Access Online: “Ya quisieras haber vestido mi trasero gordo”, sentenció.
