“¿Le hacen esto también a los chicos?”, preguntó Cate Blanchett, la estrella de Blue Jasmine, cuando la cámara de la Red Carpet del canal E! recorría su cuerpo intentando mostrar su vestido.

La actriz se enfrentó a Giulliana Rancic, la animadora de la cobertura del evento, en los SAG Awards de 2014, en el marco del cuestionamiento que estaban viviendo este tipo de programas que hacían la diferencia entre hombres y mujeres.

Mientras a ellos les preguntaban sobre sus proyectos en Hollywood, a ellas sólo les hacían preguntas acerca de cuánto tiempo demoran en vestir, en qué se inspiraron para elegir el vestido que llevaban o algún tip para el público, con el que podrían lucir igual de espectacular.

Durante las premiaciones de ese año ya había sido Elisabeth Moss, quien también se manifestó durante los Globos de Oro frente a la popular “Mani-Cam” de E! Entertaiment, cuando la misma animadora le consultó si podía mostrar sus uñas y joyas en la cámara dispuesta especialmente para captar estos detalles.

Fue en ese momento cuando la actriz que interpretó a Peggy Olsen en Mad Men mencionó que quería hacer algo hace un tiempo en la “mani-cam”, a lo que Rancic accedió para que Moss intentara levantar el dedo del medio en 2 ocasiones, manifestando la poca importancia que le daba a este tipo de situaciones.

Para 2015, más actrices se sumaban a esta actitud. Julianne Moore y Jennifer Aniston se negaron a posar sus manos en la popular cámara. Según menciona El País, actrices como Emilia Clarke, Reese Witherspoon o Sofía Vergara se sumaron a este “boicot” negándose a mostrar sus uñas o joyería.

Al respecto, la editora de belleza de Vogue USA afirmó: “Tu poder en Hollywood está directamente relacionado con la comodidad con la que rechazas la mani-cam”.

Pregúntame algo más…

Kevin Spacey, el protagonista de House Of Cards, asistía a la ceremonia de los Oscar de 2014 cuando vivió lo que cualquier mujer, hasta ese momento, sentía en una alfombra roja.

Acorde a Vogue, Buzz Feed se encargó de entrevistar tanto al artista, cómo sus colegas Michael Keaton o Eddie Redmayne en los Bafta, con las mismas preguntas que les hacían constantemente a sus colegas mujeres.

El actor, actualmente demandado por abuso, mostró su sorpresa por las preguntas respecto al diseñador que había elegido, su rutina para una dieta sana y si llevaba un “Spanx”, la popular faja que usan las artistas para amoldar a la perfección sus cuerpos.

Spacey, que no entendía mucho, sólo se limitó a preguntarle a la reportera si “había fumado algo” por las preguntas que le hizo, haciendo evidente la diferencia entre las entrevistas a mujeres y hombres.

Por su parte, Reese Witherspoon se encargó de promocionar el hashtag #AskHerMore, que llamaba a que los medios de comunicación que cubrían las red carpet de la temporada se dedicaran a preguntar por su trabajo o proyectos, enfocándose en su profesión y dejaran la tendencia de preguntar por sus vestidos y quedarse sólo en ese punto, destacaba Vogue.

La famosa mani-cam de E! desapareció y por fin se pudo ver en la popular previa a los eventos más importantes de Hollywood a reporteros enfocados en las carreras de las mujeres, dando una relevancia mayor a la carrera que vivieron para llegar a ser protagonistas de esa ceremonia y menor importancia a lo que pasaron para llegar a entrar en aquellos vestidos.

La consolidación con las mujeres de negro

Para 2018 el movimiento #MeToo y Time’s Up generaron una protesta generalizada en la alfombra roja, que comenzó con las mujeres del espectáculo participando vestidas de negro en la ceremonia de los Globos de Oro.

E! ya no recibió a actrices que se negaran a responder o mostrar sus vestidos, sino que artistas que vieron una oportunidad para hacerse escuchar en el marco de una manifestación que busca reivindicar sus derechos en la industria.

Y fue Debra Messing quien comenzó la noche hablando con libertad justo en el canal que más promovió de forma masiva la cosificación de la mujer en estos eventos, E!.

Al ser entrevistada por la presentadora, criticó al canal por no pagar lo mismo a su presentadora Catt Sadler, quien recibía casi la mitad del sueldo que percibía su coanimador Jason Kennedy.

Sadler renunció al canal luego de que se le negara un aumento de sueldo y sumió en la polémica al gigante del entretenimiento, lo que Debra avivaba frente a sus cámaras dejando sin palabras a la conductora del especial, que nuevamente era Giuliana Rancic.

Afortunadamente, para esa ceremonia y las posteriores pudimos ver a las artistas presumir su vestuario, pero también con la oportunidad de poder hablar sobre sus proyectos, el trabajo que realizaron o las causas que estaban apoyando, algo que sin duda es mucho más importante y de lo que seguramente Cate Blanchett está muy orgullosa.