Gisele Bündchen (38) es una supermodelo que figura entre las mejores pagadas del mundo. Tiene dos hijos y está casada hace casi una década con el deportista Tom Brady (41): una familia que luce sólida y feliz. Sin embargo, la vida de la maniquí no ha sido fácil y está muy lejos de la perfección.

“Las cosas pueden verse perfectas por fuera, pero no tienes idea de lo que está sucediendo realmente”, confesó la brasileña en una entrevista para la revista People, edición semanal que será publicada este viernes.

En efecto, la modelo remontó a un duro momento de su vida cuando tenía 23 años. Según contó al medio, tuvo su primer ataque de pánico durante un vuelo sobre un avión que sufrió complicaciones y, a partir de este hecho, comenzó a empeorar su salud psicológica.

Bündchen explicó que desarrolló claustrofobia, lo que le impedía pasar por túneles o usar un ascensor. Luego comenzó a experimentar ataques de ansiedad en cualquier sitio al exterior: “¿Por qué debería yo estar sintiendo esto? Sentí que no me permitían sentirme mal”, dijo.

“Tu mundo se vuelve cada vez más pequeño y no puedes respirar, que es la peor sensación que he tenido”, expresó la supermodelo que comenzó a vivir estos episodios cuando estaba en su casa “Me sentía impotente”, confesó. Fue cuando tocó ese nivel de angustia cuando Bündchen pensó en quitarse la vida.

“En un momento pensé: ‘si salto de mi balón, esto se acabará y nunca tendré que preocuparme por esta sensación”, admitió en la revista. “Tenía un gran lugar en mi carrera, una familia muy cercana y siempre me consideré una persona positiva. Sentí que realmente algo me estaba castigando”, expresó.

Ante su angustiosa situación, Bündchen optó por ver a un psiquiatra que le recetó Xanax, conocido también como Alprazolam, fármaco de la familia de las benzodiazepinas, usado para tratar la ansiedad, en especial las crisis, la agorafobia y el estrés intenso. No obstante, prefirió no recibir la medicación.

“La idea de ser dependiente de algo se sentía, en mi opinión, incluso peor, porque yo estaba como, ‘¿Qué pasa si pierdo esa píldora? ¿Y qué? ¿Voy a morir?’ Lo único que sabía era que necesitaba ayuda”, dijo.

Es así como Bünchen prefirió deshacerse de los malos hábitos que repercutían en su salud. La modelo contó que dejó de fumar cigarrillos, de beber una botella de vino al día y de tomar sus tres frapuccinos de moca diario…. también terminó su relación con Leonardo DiCaprio. “Dejé todo en un día”, admitió. También cesó de consumir azúcar y recurrió al yoga y la meditación.

“Pensé que si esto es de alguna manera la causa de este dolor en mi vida, tiene que irse”, recordó sobre su motivación para cambiar su estilo de vida.

Con un gran esfuerzo, la modelo volvió a recuperar su tranquilidad. “Me hizo darme cuenta que, todo lo que he vivido, nunca lo cambiaría, porque creo que soy quien soy debido a esas experiencias”, reflexionó.

Si bien no se refirió a que otras situaciones desataron su ansiedad, Bündchen explicó que su comienzo en el modelaje estuvo lleno de críticas. Después de ser “descubierta” a los 14 años en un centro comercial, comenzaron los comentarios negativos: “me dijeron: ‘tu nariz es muy grande, tus ojos muy pequeños y nunca estarás en una portada de una revista”. Tres años después saltó a la fama al desfilar en topless para el diseñador de moda Alexander McQueen y al salir en su primera portada para Vogue.

El mes entrante volverá a protagonizar la tapa de la revista y se muestra más segura que nunca. “Sentí que tal vez era el momento de compartir algunas de mis vulnerabilidades”, dijo la maniquí que además lanzó un libro titulado Lessons: My Path to a Meaningful Life (Lecciones: Mi camino hacia una vida significativa).