Cuando la princesa Diana falleció en 1997, el príncipe Harry tenía sólo 12 años. A pesar de su corta edad, asumió la noticia de forma madura y se mostró tranquilo y educado durante todo el funeral.

Hoy, con más de 30 años, asegura que ese fue el momento más difícil de su vida y que se arrepiente de no haber hablado en el momento de lo que vivió junto a su hermano William.

El silencio terminó este año, cuando ambos miembros de la familia real concedieron una honesta entrevista para un documental de la BBC1, con el que se conmemora los 20 años de la muerte de la princesa.

Fue justamente en esta entrevista, donde Harry se sinceró acerca del comportamiento de los paparazzi que perseguían a su madre la noche del 31 de agosto de 1997.

Según Harry, los fotógrafos no sólo causaron el accidente, sino que además tomaron fotos de la princesa agonizando.

“Una de las cosas más difíciles de aceptar fue el hecho de que la gente que la persiguió en el túnel fueron las mismas personas que estaban tomando fotografías de ella muriendo en el asiento trasero de su auto”, aseguró Harry en el documental Diana, 7 Days.

“William y yo sabemos eso, personas que conocen el caso nos lo han dicho numerosas veces”, dijo.

“Ella sufrió una grave lesión en la cabeza, pero estaba viva en el asiento trasero y las mismas personas que causaron el accidente, en lugar de ayudar, estaban tomando fotografías de su muerte en el asiento trasero”, reiteró

“Y esas fotografías regresaron a la redacción de los periódicos de este país”
, agregó.

Recordemos que Diana falleció en un trágico accidente de autos en París, mientras era perseguida por una decena de paparazzi, quienes querían captar una imagen de ella junto a su pareja Doddy Alfayet.

Según han comentado testigos del accidente, sólo un fotógrafo ayudó a la princesa, mientras que el resto simplemente se dedicó a realizar su trabajo.