Las excéntricas anécdotas del vocalista de Jamiroquai en sus cinco viajes a Chile

En el marco de la quinta presentación de Jamiroquai en Chile como parte de la tercera noche de Viña 2018, se han dado a conocer algunas de las excentricidades que Jason Cheetham (Jay Kay, el emblemático líder y cantante del grupo) ha protagonizado en el país.

Se trata de un personaje curioso y complejo, pero que los años y la vida en familia han ido moldeando. Por lo mismo, uno de los aspectos que más llama la atención es su radical cambio de actitud, al parecer, gatillado tras el reciente matrimonio con su pareja de hace 10 años (y con quien tiene dos hijos).

Parte de dicho cambio se vio reflejado en su última visita al país, acontecida hace dos meses. “(Es) una persona que en un principio puede ser poco agradable (pero que) tiene una personalidad muy especial”, dijo uno de los trabajadores que interactuó con el cantante al diario La Tercera, que publicó un perfil sobre el frontman.

En diciembre, pidió ser llamado “Mr. Enzo” (en alusión a Enzo Ferrari, fundador de la marca de automóviles de la que es fanático). A quienes ya se ganaban su confianza, les permitía que lo llamasen por su chapa. También cuentan que una vez finalizado el concierto, obligó a su equipo a devolverse al Movistar Arena porque recordó que no se había despedido de los guardias del recinto.

Jay Kay ha sido conflictivo gran parte de su carrera. De acuerdo al perfil publicado, fue adicto a la cocaína a principios de 2000 y acusado de revelar detalles íntimos de su relación con Wynona Ryder. También ha protagonizado peleas con la prensa y otras personas que han lidiado con él. Como en 2009, cuando el cocinero de un hotel destruyó su Ferrari por un comentario ofensivo.

Trabajadores que coincidieron con el británico en 2011, según el matutino, aseguraron que su reacción en aquella ocasión fue tímida hasta finalizado el show, cuando se relajó y hasta compartió con el equipo en el hotel. Sin embargo, ese año también mostró su lado antipático.

Cuando fue invitado para ir a la nieve, su reacción fue impredecible: exigió manejar él mismo el helicóptero que lo transportaría, lo que le negaron a pesar de su conocimiento con este tipo de máquinas. El hecho lo enfureció y terminó yéndose del país sin despedirse de sus anfitriones.

En su arribo a Chile, a horas de su debut en la Quinta Vergara, parte de esa personalidad ambivalente también se ha manifestado. Tras el aterrizaje de ayer dedicó palabras amables para el equipo de Chilevisión que lo recibió en el aeropuerto, pero luego canceló todas sus actividades programadas, incluida la conferencia de prensa que él mismo había confirmado.