La industria hotelera es una de las más golpeadas por la pandemia del coronavirus. Durante las últimas semanas, la crisis se ha profundizado severamente con más de la mitad de la población mundial en cuarentena y esto prácticamente ha paralizado viajes turísticos y de negocios, lo que está afectando enormemente al sector.

En el caso de la cadena de hoteles Accor, casi todos sus hoteles en el mundo están cerrados. “Y probablemente serán más de dos tercios los hoteles cerrados en las próximas semanas”, indicaron desde la firma.

El brusco deterioro de la situación ha llevado al Grupo a tomar medidas drásticas en sus operaciones globales, con acciones “indispensables para limitar el impacto en las ganancias y el efectivo, y necesarias para prepararse para la recuperación posterior a la crisis”, explicaron.

Las medidas de mitigación a la crisis fueron implementadas desde comienzos de febrero, las que han ido aumentando gradualmente.

Entre estas se cuentan la prohibición de viajar a todo su personal, el congelamiento de contratación, horarios reducidos y/o licencia para el 75% de los equipos de la oficina central global para el segundo trimestre, “lo que resulta en una reducción mínima de 60 millones de euros”.

La empresa, por tanto, no descarta seguir revisando sus planes de inversión para este año y racionalizando aún más todos los demás costos (por ejemplo, ventas, marketing, TI), en línea con los menores ingresos en todo el sistema.

Accor aseguró tener un “sólido balance, con más de 2.500 millones de euros en efectivo disponible y una línea de crédito renovable no utilizada de 1.200 millones de euros”. Si bien se mantiene la incertidumbre sobre la duración de esta crisis que impactará severamente, el Grupo indicó que se aferrará a las perspectiva a largo plazo.