Los beneficios de la multinacional anglo-holandesa de productos de consumo y alimentación, Unilever, cayeron ligeramente en el primer semestre aunque el grupo mantuvo sus objetivos anuales.

La facturación fue de 26.100 millones de euros, un 0,9% menos que en el mismo periodo del año anterior, consecuencia de la venta del sector de margarinas que Unilever vendió en 2018.

En el segundo trimestre Unilever registró una facturación a la baja de 0,1%, hasta 13.700 millones de euros, indicó el grupo en un comunicado.

“Hemos registrado un crecimiento constante en nuestra gama para 2019, gracias a nuestros mercados emergentes”, dijo Alan Jope, el nuevo director general del grupo tras haber sustituido a Paul Polman en enero.

Las ventas subyacentes del primer semestre aumentaron en 3,3%, con un aumento del volumen de ventas (1,2%) y de precios (2,1%).

Unilever, que comercializa marcas como las sopas Knorr, los jabones Dove o los desodorantes Rexona, entra muchas otras, mantuvo sus objetivos para 2020.

El grupo prevé un aumento de ventas de entre el 3% y el 5%.

En los últimos meses, el gigante anglo-holandés de la alimentación y los cosméticos multiplicó las adquisiciones, con la compra de De Vegetarische Slager (carne “vegetariana”), The Laundress (productos de limpieza ecológicos) o la compra prevista de Fluocaril y Parogencyl.

El grupo, con 161.000 empleados en todo el mundo, tiene más de 400 marcas, entre ellas Knorr, Lipton y Magnum.