El 4 de junio, el presidente Sebastián Piñera lanzó oficialmente el “Plan de Descarbonización” y confirmó que las 28 termoeléctricas que existen en Chile y que utilizan esa materia prima serán cerradas gradualmente, con plazo máximo el 2040.

En ese contexto, Enel solicitó formalmente al secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), José Venegas, que se autorice a la compañía al retiro final, desconexión y cese de operación de la central Tarapacá con fecha 31 de diciembre de 2019.

Ese hito estaba inicialmente previsto para mayo de 2020, detalló la empresa mediante un comunicado.

“Creemos que este es un paso más en nuestro camino por liderar la transición de Chile hacia una matriz energética cada vez más renovable. Firmamos un acuerdo para cerrar progresivamente nuestras centrales a carbón y esta solicitud es un ejemplo de nuestro compromiso. (…) Esperamos que la respuesta de la autoridad sea positiva”, explicó Paolo Pallotti, gerente general de Enel Chile.

El artículo 72° de la Ley General de Servicios Eléctricos señala que la solicitud para el retiro final, desconexión y cese de operación de unidades generadoras se realiza con una anticipación de 24 meses, con la posibilidad que la CNE exima de dicho plazo.

Durante las últimas horas, la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, subrayó que Chile será carbono neutral para 2050.

“Chile quiere dejar institucionalizado en la ley la carbononeutralidad para 2050”, dijo en una entrevista con Agence France-Presse (AFP).

Se trata de “un cambio profundo que permite activar con ambición la acción climática de manera transversal en todos los sectores así como a nivel local y central”, aseguró la ministra.

El carbón contribuye a generar -actualmente- poco más del 40% de la electricidad de nuestro país a través de 28 centrales, algunas pertenecientes a Enel, Colbún y Engie.