El español Banco Santander, el mayor de Europa por capitalización bursátil, suprimirá más de 3.200 empleos, un 10% de su plantilla actual, pero casi 500 menos de lo previsto inicialmente, según un acuerdo firmado este lunes con los sindicatos.

El recorte de 3.223 puestos de trabajo de los 32.300 que el Santander tiene en España se enmarcan en su reestructuración tras la absorción en 2017 del Banco Popular.

El Santander había anunciado a mediados de mayo la intención de suprimir unos 3.700 empleos, pero ese número se redujo en 490 tras la negociación con los sindicatos.

La supresión se realizará sobre todo mediante prejubilaciones a partir de 50 años, explicó la sección banca del sindicato UGT, afirmando haber logrado “conseguir las mejores condiciones posibles dentro de la inflexibilidad mostrada por la empresa”.

“La empresa no ha cejado en su empeño de aplicar la más dura de las medidas para adecuar la plantilla a la optimización que, según ella, sería la adecuada para la buena evolución del negocio”, lamentó UGT.

Según el sindicato, el plan del banco pasa también por cerrar 1.150 oficinas en el país, aproximadamente una de cada cuatro, pero las fuentes del Santander consultadas dijeron que la cifra no es definitiva.

A fines de 2017, el Banco Santander suprimió ya 1.100 puestos en España, dentro de la reestructuración inducida por la absorción del Banco Popular.

La adquisición del Popular, entonces al borde de la quiebra, se hizo por un euro simbólico.

A comienzos de abril, el Santander anunció que quería reducir sus costes en 1.200 millones de euros anuales durante los próximos años, al tiempo que prevé destinar más de 20.000 millones de euros en cuatro años a la transformación digital.

Santander anunció un beneficio neto en el primer trimestre de 2019 de 1.840 millones de euros, un 10% menos en comparación con el mismo período del año anterior, lo que atribuyó a una pérdida en la venta de activos inmobiliarios en España y los costes de reestructuración en Reino Unido y Polonia.