La dirección de Renault se enfrentará este miércoles a las preguntas de sus accionistas franceses, en una asamblea general que se celebra en plena crisis de su alianza con Nissan y tras la anulación del proyecto de fusión con Fiat Chrysler (FCA).

La asamblea general se realizará en París con la presencia del presidente Jean-Dominique Senard y del director general Thierry Bolloré, que tendrán que responder a muchas preguntas.

El caso de Carlos Ghosn salió caro a las accionistas de Renault. Desde el arresto del emblemático expresidente, artífice de la alianza con Nissan y Mitsubishi que le convirtió en líder mundial del automóvil, las acciones de Renault están en niveles muy bajos, alrededor de 55 euros.

En un año, las acciones de Renault perdieron un tercio de su valor.

Como el resto del sector, el grupo se vio afectado además por la mala coyuntura económica internacional y las transformaciones tecnológicas, que obligan a hacer grandes inversiones en coches eléctricos sin garantía de que sean rentables.

Sin embargo, algunos accionistas reprochan a los administradores de Renault no haber supervisado la gestión de Ghosn, cuya caída ha provocado una profunda crisis con Nissan.

Más de seis meses después del arresto de Ghosn por presuntas malversaciones, Renault anunció acciones legales por gastos sospechosos de 11 millones de euros dentro de una filial común con Nissan en Holanda.

“Por lo que se ve los administradores no ejercieron sus responsabilidades en interés de los accionistas (…) permitiendo de facto que empezara la crisis reciente”, dijo la compañía de gestión Phitrust en un comunicado.

El presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, tendrá que explicar su estrategia para la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, tres empresas unidas por participaciones cruzadas.

A principios de año la parte japonesa rechazó un proyecto de integración reforzada con Nissan a través de un holding común a partes iguales.

Fracasos

La semana pasada fracasó además el proyecto de fusión con el gigante del automóvil Fiat Chrysler (FCA), anunciado solo 11 días antes. Esta fusión iba a crear el número 3 mundial del automóvil y debía permitir a Renault presionar a su socio Nissan de cara a una mayor integración.

Pero el proyecto fracasó por el plazo suplementario que pedía el gobierno francés, principal accionista de Renault, y que llevó a los directivos de Fiat Chrysler a abandonarlo considerando que las condiciones políticas no eran adecuadas.

El grupo Renault produjo 3,9 millones de vehículos el año, con ventas a la baja excepto en Europa.

En 2018 el constructor francés obtuvo un resultado neto de 3.300 millones de euros, menos de un tercio en relación al año anterior, sobre todo a causa de las dificultades de Nissan, propiedad en un 43% de Renault. Y 2019 podría ser un año todavía más difícil.