El creador de las marcas JB y Don Juan, el empresario gastronómico Juan Pablo Bas Mayo, murió esta semana a los 90 años y fue sepultado la tarde de este miércoles en el Cementerio Parque del Recuerdo, en la comuna de Huechuraba.

Su deceso causó pesar en el rubro, al que legó los icónicos ajíes, ketchups y mostazas que la empresa produjo tras su fundación, en 1938, de la mano de su padre, el catalán Juan Bas Éroles.

Por ejemplo, la Asociación de Exportadores y Manufacturas (Asexma) publicó un obituario en El Mercurio, escrito en el cual lo describieron como una persona “que contribuyó a la grandeza del país”.

Por su parte, el titular de la misma organización, el empresario Roberto Fantuzzi, lamentó su partida en su cuenta de Twitter.

“Cada vez menos ‘industriales empresarios’: debemos lamentar el fallecimiento de un industrial/empresario sr. Juan Bas. Resalto “industrial” porque cada vez hay menos empresarios que hagan ‘fábricas’ con máquinas, trabajadores y que coloquen una etiqueta: hecho en Chile”, escribió.

De acuerdo a Emol, previo a que la empresa Hellmann’s desembarcara en Chile, en 1989, el clan vendió la compañía al gigante estadounidense en 6.5 millones de dólares para evitar que, tras su arribo, ésta acaparara el mercado, pero se dedicaron a producirles los alimentos.

No obstante, lo que pasó a ser Unilever Foods, finalmente instaló su propia fábrica en suelo nacional. Con ello, tras una inversión familiar, concibieron el conocido “Don Juan”, al que se sumaron aceitunas y encurtidos.

Pero, con el pasar del tiempo, volvieron a vender por completo el nuevo rumbo, transacción que se concretó al 100% con ICB en 2002, grupo que maneja etiquetas como Ferrero, Don Vittorio y Marco Polo, entre otras.