Se acabó la pelea familiar. Los hermanos Calderón lograron un acuerdo tras una profunda pugna por la propiedad de Ripley.

Lo anterior, luego del aumento de capital realizado en 2011, que a través de Inversiones R Matriz Limitada y otras sociedades controlan el 53% de la popular firma de retail.

La acción fue concretada en ese entonces por el patriarca, Alberto Calderón, donde incluyó también a sus hijos Andrés, Lázaro y Michel Calderón Volochinsky. Pero dejó fuera a Verónica, con lo cual -de acuerdo a fuentes ligadas a la familia- diluyó su participación en la compañía prácticamente a la mitad.

Aquello provocó que la parte afectada concretara en mayo una medida prejudicial para exigir la exhibición de una serie de documentos con el objetivo de preparar una demanda.

Por ello, en medio del conflicto, dos de sus hermanos debieron formalizar las donaciones familiares y revelar públicamente parte de su patrimonio: Lázaro y Andrés suman un patrimonio de al menos $367.094.657.918.

Y para evitar llegar a tribunales, finalmente lograron una salida amistosa tras la mediación de Sergio Hidalgo, exejecutivo de Ripley y que ahora se desempeña como director de varias filiales de la sociedad.

Según reveló Diario Financiero, el trato -que se ha tratado de mantener en absoluta reserva- implica un pago de 20 millones de dólares para Verónica y además pasará a ser accionista directa del 7,37% de la compañía, cuya paquete se estima tiene un valor de 133 millones de dólares. Lo anterior, considerando que la multitienda tiene un valor de 1.808 millones de la divisa en la bolsa.

“Podrá hacer lo que quiera con sus acciones, si quiere, venderlas. También recibirá dividendos”, explicó un conocedor del acuerdo que pidió reserva al matutino económico.